Tras un cuatrimestre con aumentos de 4,5% mensual en las naftas, el acuerdo de Precios Justos Combustibles vencerá el 15 de agosto y aún no hay fecha para una reunión entre el Gobierno y las principales petroleras del país. En este marco, las compañías adelantaron la suba de agosto y aplicaron un ajuste de alrededor del 4,5% promedio.

En los primeros ocho meses del año, el precio de las naftas está más de 20 puntos por debajo de la inflación. De enero a agosto, con dos cuatrimestres de Precios Justos a cuestas, las naftas aumentaron un 40,7%, casi unos 25 puntos porcentuales por debajo de la inflación general a agosto que estaría en un 65% aproximadamente.

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Según trascendió, la Secretaría de Energía tendría planeado en las próximas semanas citar a la mesa de negociación a los directivos de YPF, PAE (Axion), Raízen (Shell) y Transfigura (Puma) para coordinar las pautas de aumento para el próximo cuatrimestre con el que cerraría la gestión del presente gobierno.

Si bien el acuerdo estaba establecido hasta el 15 de agosto, los aumentos correspondientes al octavo mes del año ya fueron aplicados en las primeras 72 horas del mes, cuando todas las petroleras adelantaron los aumentos una semana por segundo mes consecutivo y reajustaron los precios un 4,5% en promedio.

Los ajustes se venían llevando a cabo los 15 de cada mes, pero en julio el aumento fue el fin de semana patrio del 9 de julio (recortando una semana) y este mes remarcaron entre el 2 y 3 de agosto.

Los aumentos programados en el acuerdo fueron fijados cuando el equipo económico se ilusionaba con la posibilidad de desacelerar la inflación a alrededor del 4% mensual, pero los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) llegaron a duplicar esa cifra inclusive, con lo cual se descuenta que las petroleras irán por un ajuste mensual considerablemente mayor.

Las petroleras apuntan que desde hace tiempo registran una pérdida de rentabilidad, principalmente debido a la inflación, el aumento de costos generales, la baja de consumo y el reacomodamiento de precios demasiado escasos para sus necesidades.

Por su parte, los estacioneros agrupados en la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA) también reconocen los riesgos y se encuentra en estado de emergencia ante “la caída estrepitosa de la rentabilidad, la regulación de los precios de los combustibles, las negociaciones paritarias y el atraso en las comisiones abonadas por contrato por las petroleras”.

Isabelino Rodríguez, nuevo presidente de CECHA, alertó que “en este contexto, las estaciones de servicios –y más aun las que no tienen bandera– se encuentran condenadas a un déficit operativo que torna inviable el negocio”.

A estas problemáticas, ahora se le suma el impacto del dólar maíz, que pesa sobre este cereal y las economías regionales para cumplir con los puntos del acuerdo con el FMI.

Esto hizo que el sector de maíz se volcara íntegramente a la exportación, dejando de lado el abastecimiento interno y disparando los precios locales. Esto impacta también en las petroleras dado que las refinadoras de petróleo están obligadas a cortar los combustibles fósiles con biocombustibles.

En el caso de la nafta, ese corte está establecido en el 12% de cada litro, que debe ser cumplido con bioetanol que surge, mayoritariamente, del procesamiento de maíz. Con lo cual el costo subió considerablemente.