A pesar de la suba de precios que sufre la economía argentina, la cual se vio agravada por la devaluación que tuvo lugar tras las elecciones primarias, las ventas en supermercados se incrementaron después del 14 de agosto, según mediciones realizadas por la consultora Scentia. Esta tendencia demuestra que cada vez más consumidores deciden stockearse de alimentos no perecederos a modo de inversión, antes de que la moneda pierda más valor, mientras la presión por la inflación supera el 115% anual.

De acuerdo con el relevamiento de la consultora Scentia, que se realiza con datos de las principales cadenas de supermercados de todo el país, en esas horas inmediatamente posteriores al salto cambiario, las ventas de las grandes cadenas se incrementaron 26,7% (en cantidades) respecto de la misma semana de 2022, en la que también mandaba la incertidumbre y las tensiones cambiarias, tras la intempestiva salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía.

A la hora de abastecerse, las preferencias de los consumidores fueron amplias: compraron desde productos que están atados a la cotización del dólar –como latas de atún o frascos de café– hasta fideos, arroz, aceite, azúcar, yerba y harinas. También aumentaron las compras de artículos de limpieza e higiene personal, muchos de los cuales provienen desde Brasil.

En una de las principales cadenas del mercado admitieron que con “las ventas de esa semana salvaron todo el mes”. Al mismo tiempo, otra fuente de los hipermercados confió: “La situación nos beneficia porque sumamos más ventas, pero nos pone mayor presión con el abastecimiento”.

Sin embargo, en la tercera semana de agosto, en la que la población acudió a las góndolas para stockearse, hubo una ampliación de la brecha de precios que divide a las cadenas de supermercados con los negocios de proximidad.

Según los últimos datos de Scentia, las compras en las grandes superficies vienen siendo positivas porque los consumidores encuentran en esas cadenas los productos más baratos que en los autoservicios y almacenes de barrio, por los acuerdos que firma el Gobierno con esos grandes comercios. El informe muestra que los supermercados vendieron 7,4% más en el acumulado de este año versus el 2022, mientras que los autoservicios o comercios de proximidad cayeron 7,2% en el mismo lapso.

Mientras tanto, en los supermercados dicen que la demanda “volvió a achatarse” últimamente, al igual que el dólar, que mantiene cierta estabilidad.

El “boom” de las ventas online

Las decisiones de consumo que buscan ganarle a la inflación no sólo se vieron reflejadas en locales físicos de las grandes cadenas.

En el e-commerce también se produjo un “boom” por esos días, especialmente en los electrodomésticos. Los consumidores aprovecharon un par de días en los que estos artículos mantuvieron su precio anterior y aún se había algunas cuotas para agregar los bienes semidurables a su changuito virtual.

De acuerdo con los últimos datos de la consultora ACNielsen, las ventas online en julio mostraron un crecimiento del 5,4% respecto del mismo periodo del año anterior y acumulan una suba interanual del 12,5%.

El crecimiento estuvo apuntalado por Bebidas (18%) y Perfumería (24%), mientras que el rubro Limpieza registró una caída del -19,5%. “A nivel familia observamos que bebidas alcohólicas (54,9%) y cosmética y tocador (23,4%) son los principales impulsores del crecimiento en el consumo”, explicó Juan Ignacio Volpe, analista de esa consultora, sobre las ventas online.

A su vez, cervezas, vinos y champagne resultaron las categorías que más aportaron al crecimiento de Bebidas, mientras que pañales descartables, hojas y sistemas de afeitar, perfumes y tratamientos post lavado capilar fueron las categorías que más sumaron al rubro de Perfumería.