Por Candelaria de la Cruz

El 2017 está atravesado por un clima electoral, lo que deviene en un escenario casi imposible para cumplir con las promesas de repunte hechas por el gobierno nacional.

En diálogo con Conclusión, la licenciada en Economía Celina Calore, afirmó que «no se ve una pronta recuperación en el segundo semestre» teniendo en cuenta el primero y el año electoral que de alguna manera, «condiciona las políticas económicas del gobierno nacional y las decisiones que tomen los distintos agentes económicos que lo influyen».

Por lo cual, resulta necesario realizar un balance del primer semestre de 2017 en el cual la obra pública jugó como un motor fundamental en el incremento de la actividad productiva generando 20.000 puestos de trabajo desde diciembre del año pasado y traccionando a las industrias proveedoras (minerales no metálicos, metales básicos).

«Se reflejó un cuarto mes consecutivo de incremento, un 17%, esto también lleva a que otros indicadores de la industria estén también repuntando, lo que dio el segundo mes de incremento en los 19 mees de de gobierno», señaló.

Por otro lado, según informó el análisis económico del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) correspondiente al mes de junio, la segunda pata del programa económico electoral estaba constituida por el descenso esperado de la inflación que, en el contexto de las subas salariales pactadas en paritarias, prometía recomponer el consumo interno. De esa manera, el oficialismo proyectaba compensar el impacto económico de las pérdidas de puestos de trabajo en los sectores industriales más golpeados por la apertura importadora y llegar a las elecciones con una economía en movimiento ascendente.

Sin embargo, a pesar de que un sector comienza a mostrar algunos signos de recuperación como ser el automotriz por una fuerte demanda de Brasil y la demanda del Estado por la obra pública, «no hay signos de recuperación en un factor clave como es el mercado interno», explicó Calore.

Y eso se puede ver reflejado en primer lugar en la caída del consumo como también en algunas industrias, como ser la textil, que sufre la falta de demanda interna y una apertura de importaciones que «no le permite crecer».

Por otro lado, hay que tener en cuenta que aumentó la medicina prepaga (6% en julio y 5% en agosto) y los combustibles (7,2% en naftas y 6% en gasoil). Para octubre se prevee un nuevo incremento lo que afecta irremediablemente en los precios de los productos. «Aumenta el combustible, por lo tanto aumenta la nafta y el costo de los transportes, lo que se refleja automáticamente en el precio de los productos de consumo», remarcó.

«Si bien en junio se vio que la inflación cedió al haber un incremento de precios del 1,2 %, la escala del dólar que se midió a mediados de junio y en todo julio, y lo aumentos en los combustibles, tuvo y va a tener su repercusión en el indicador de julio que ya se está prediciendo que será del 2%», señaló la economista.

Es decir que, el previsible impacto inflacionario potenciado por las subas en combustibles promete llevarse puestos los aumentos salariales dejando en espera la reactivación del consumo.

La escalada del dólar

El viernes 28, la divisa norteamericana se disparó 15 centavos y marcó un nuevo récord, al superar los 18 pesos en bancos y casas de cambio del país. El día anterior, el billete había escalado 10 centavos, al ser impulsado nuevamente por el sector mayorista, en el cual marcó otro máximo histórico por una firme corriente compradora que no cede.

Según indicó la economista consultada, «la suba brusca del dólar afecta indefectible en los precios» y remarcó: «Según los funcionarios del gobierno no va a impactar pero según la experiencia de los últimos dos saltos del tipo de cambio que se dieron en 2014 y a fines de 2015 impactó directamente sobre la suba de los precios internos».

«El gobierno nacional a través del Banco Central tiene los recursos para intervenir y controlar el mercado, pero no lo hace. Lamentablemente, esos recursos los tiene por un fuerte endeudamiento y no por un ingreso genuino de divisas a través de exportaciones. Entonces si quisiera frenar a escalda del dólar lo podría hacer», explicó.

Por otro lado, Calore recordó la reunión que tuvo este domingo Macri con representantes del campo, sector clave en para la fija del dólar.

Promesas…

En ese sentido, la economista del Ceso afirmó que «el gobierno lo ve en los sectores ligados a la construcción, la automotriz y la obra pública pero tiene que ver más con el gasto del estado y la demanda externa por la exportación pero no el mercado interno y  eso es lo que se ve en la calle. No repunta por una inflación que no cede, lo que carcome el poder adquisitivo de la gente. Tenemos el consumo de leche más bajo y eso no es por ahorro. No hay repunte a corto plazo«.

De esta manera, la suba de tasas del BCRA para contener la escalada del dólar encarece el crédito al consumo contribuyendo también a su estancamiento. En decir que, el programa económico electoral y la promesa de repunte en el segundo semestre descansa únicamente en el impulso de la actividad de la construcción por medio de la obra pública.