El 20 de marzo pasado en la ciudad bonaerense de San Nicolás, se produjo una explosión con liberación de agrotóxicos en una de las plantas de la empresa Atanor. La situación preocupa a los habitantes debido que se detectó atrazina en todos los puntos muestreados que es un compuesto químico prohibido en la Unión Europea y restringido en Estados Unidos, y la exposición humana a este producto químico ocurre por distintas vías, escenarios de exposición y esto puede causar una multiplicidad de efectos dañinos.

La organización ambientalista Greenpeace publicó este jueves 2 de mayo, los resultados de las muestras que un equipo tomó en San Nicolás, mediante hisopados, en dos sitios seleccionados aleatoriamente: un barrio aledaño y otro frente a la planta. Las muestras fueron recolectadas de las paredes de las viviendas y de las veredas. También, se realizó un muestreo de suelo frente a la fábrica.

De acuerdo al análisis de las muestras tomadas el 22 de marzo, se detectó atrazina en todos los puntos muestreados, a un radio que va desde los 150 a 350 metros de la planta. La Atrazina, un compuesto tóxico prohibido en la Unión Europea desde 2004 y restringido en Estados Unidos, es uno de los herbicidas más utilizados en el país. Se estima que esta sustancia puede permanecer en el ambiente hasta cien días.

Activistas de la organización habían visitado las inmediaciones de la planta de Atanor en la localidad bonaerense de San Nicolás luego de la explosión con liberación de agrotóxicos, que tuvo lugar el 20 de marzo, para recolectar información y testimonios sobre lo ocurrido.

Estos resultados confirmaron una vez más los impactos de la fabricación de Atrazina en la comunidad, como vienen denunciando los vecinos desde hace años, y tal como surge de las sentencias judiciales.

Leonel Mingo contó que “las historias de la contaminación provocada por Atanor no son recientes. Esta empresa cuenta con reiteradas denuncias de los vecinos desde hace dos décadas, algunas llegaron a la justicia por la contaminación a la que se ven expuestos”, sostuvo el coordinador de la campaña de tóxicos de Greenpeace. Agregó “Atanor continúa con sus actividades pese a una sentencia judicial del año pasado por contaminar y provocar severos daños en la salud de las personas”.

“Estas nuevas muestras aportan datos concretos de contaminación por atrazina en San Nicolás. Vamos a seguir exponiendo la contaminación y exigiendo que se investiguen las causas y el impacto de la explosión de manera urgente”, remarcó el activista.