El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, recibió hoy al ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, para discutir posibles fórmulas para encauzar la crisis diplomática provocada por la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear y la decisión de Teherán de continuar su desarrollo nuclear.

El mandatario nipón recibió a Zarif en Yokohama (al sur de Tokio), donde comienza este miércoles un foro sobre cooperación para el desarrollo en África, y durante la segunda jornada de la visita del canciller iraní a Japón, enmarcada en la intensa actividad diplomática protagonizada por Teherán en los últimos días.

Al inicio de la reunión, Abe reafirmó ante el representante iraní su voluntad por «perseverar en los esfuerzos diplomáticos para lograr la estabilización de la situación en Medio Oriente», según declaraciones recogidas por los medios nipones y replicadas por la agencia de noticias EFE.

Zarif, a su vez, valoró «el papel de Japón para rebajar las tensiones» en la región y subrayó que Teherán también es partidario de mantener la estabilidad.

Durante el encuentro, que duró unos 30 minutos, Abe también pidió a Teherán que respete los compromisos alcanzados dentro del pacto nuclear de 2015, informó la Cancillería nipona.

El primer ministro japonés y el canciller iraní coincidieron en la necesidad de «mantener una comunicación estrecha entre Japón e Irán para aliviar las tensiones regionales y estabilizar la situación», y accedieron a coordinar un encuentro entre Abe y el presidente iraní, Hasan Rohaní, al margen de la próxima Asamblea General de la ONU, que se celebrará en septiembre en Nueva York.

Abe trató de ejercer de interlocutor en la crisis entre Estados Unidos e Irán con un viaje al país persa el pasado junio, el primero de un mandatario nipón en cuatro décadas, aunque su trabajo no sirvió para rebajar las tensiones.

Antes de reunirse con Abe, Zarif se encontró ayer en Yokohama con su homólogo nipón, Taro Kono, y visitó Beijing el lunes, justo después de su desplazamiento el domingo a Biarritz (Francia) para entrevistarse con líderes europeos al margen de la cumbre del G7.

Su viaje a Biarritz tenía por objetivo buscar fórmulas para salvar el pacto nuclear firmado en 2015 con seis grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) y del que Washington se salió unilateralmente el año pasado.

Las tensiones entre Irán y EE.UU. han escalado desde que Washington abandonase el acuerdo y de que Teherán retomase las actividades de enriquecimiento de uranio por encima del límite permitido, a lo que se suma una serie de ataques a petroleros en el golfo Pérsico y el derribo de drones.