Un mes de cuarentena: días marcados por el aislamiento y la incertidumbre  

 

Este lunes 20 de abril se cumple un mes desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. A medida que fueron transcurriendo los días y se iban cumpliendo los plazos establecidos por el gobierno nacional, la cuarentena se fue prorrogando pero se flexibilizaron las actividades permitidas.

Tras reunirse con los veintitrés gobernadores y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el presidente Alberto Fernández anunciaba el jueves 21 de marzo, pasadas las 21, que a partir de las cero horas del viernes comenzaba a regir el aislamiento social, preventivo y obligatorio, que duraría hasta el 31 de marzo.

Quedaban exceptuados de esta medida el personal de salud, las fuerzas de seguridad, autoridades gubernamentales, productores y distribuidores de alimentos y medicamentos, comunicadores, personal del transporte público de pasajeros y servicios de recolección y limpieza, entre otras áreas consideradas vitales para atender a la sociedad en medio de la pandemia.

 

A su vez, desde que se anunció el parate que golpearía a la economía de los argentinos, tanto el gobierno nacional, provincial y municipal anunciaron beneficios económicos para quienes más los necesiten, como por ejemplo el Ingreso Familiar de Emergencia, y la prórroga de vencimientos impositivos. 

 

El primer caso positivo de Covid-19 en Argentina se detectó el pasado 3 de marzo. Diecisiete días después, la cantidad de infectados ascendía a 158 y en el país ya había tres muertos a causa del virus. Pasado un mes, según los datos difundidos el 19 de abril, las cifras se elevaron a 2.941 infectados y 136 muertos. Un contraste numérico que deja en evidencia el acierto de decretar el aislamiento.

A dos días de que termine el plazo de aislamiento anunciado en una primera instancia por el gobierno, el domingo 29 de marzo el presidente prorrogó la cuarentena por dos semanas más, hasta el 13 de abril.

A su vez, esa semana sería una de las más difíciles que la sociedad debió afrontar durante el aislamiento. El viernes 3 de abril, jubilados y pensionados se hicieron presentes en los bancos del país para cobrar sus ingresos mensuales, pero en las puertas de las entidades financieras se formaron largas filas y amontonamientos, implicando un gran riesgo de contagio, especialmente porque buena parte de los allí presentes pertenecían al grupo de riesgo.

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En el caso de Rosario la situación fue tan desordenada y peligrosa, que el propio intendente Pablo Javkin, megáfono en mano, se hizo presente en las veredas de los bancos para ordenar el caos imperante y lograr una distancia prudente entre los asistentes.

 

Una semana después, el viernes 10 de abril, un nuevo anuncio presidencial extendía el aislamiento hasta el 26 del mismo mes, pero esta vez invitaba a que los gobernadores eleven posibles flexibilizaciones de la cuarentena para aquellas ciudades y pueblos en donde no haya casos positivos. De esta forma, algunas localidades del país comenzaron a tener más permisos en medio de la pandemia.

La semana pasada estuvo marcada por el uso del tapabocas. En Rosario, se decretó su obligatoriedad a partir del jueves 16, cuando todo aquel que salga a la vía pública para realizar alguna de las actividades permitidas debería llevar cubierta la nariz, la boa y el mentón como un mecanismo de protección.

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A nivel país, desde este lunes 20 de abril se permitió que los centros médicos, las ópticas, los consultorios odontológicos y los espacios de cobranza de impuestos y servicios reabran sus puertas bajo estrictos protocolos sanitarios. Además, algunas ciudades del país reglamentaron el comercio online y por delivery.

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En el caso de Rosario, la actividad vinculada al comercio online funcionará de 13 a 19, en un sistema de bloques horarios que busca evitar las aglomeraciones. Además, la Municipalidad pondrá a disposición una “vidriera online” donde los comercios puedan publicitar los productos que tengan a la venta.

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Si bien los funcionarios públicos destacan el buen comportamiento que tiene el pueblo argentino para contener la pandemia –cuyos resultados quedan a la vista en el achatamiento que se logró en la curva de contagios-, no todos los ciudadanos cumplieron a rajatabla la cuarentena.

Desde el 20 de marzo, casi tres millones de personas fueron detenidas demoradas o notificadas por incumplir con el aislamiento social, preventivo y obligatorio. En lo que respecta a la provincia de Santa Fe, más de 17 mil ciudadanos fueron aprehendidos por no respetar la cuarentena.

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A este número se deben sumar las personas detenidas antes de que se decrete la cuarentena obligatoria, quienes habían regresado del exterior –muchos provenientes de países de alta circulación viral- y debían permanecer en sus casas por 14 días, pero incumplieron esta medida y, una vez que se normalice la situación, deberán presentarse ante la justicia.

 

El lado atroz de la cuarentena también se dejó ver. Según datos difundidos por distintos observatorios de violencia de género, desde el pasado 20 de marzo hasta el 17 de abril, 24 mujeres fueron asesinadas en Argentina, dejando ver lo peligroso que quedarse en casa puede resultar para quienes conviven con sus agresores.

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