MIéRCOLES, 27 DE NOV

Flan casero

Quien no recuerda el flan casero que nos hacian nuestras abuelas o nuestras madres, era una delicia para el paladar.

Por Hernán Cabrera

El flan tiene su historia que comienza antes del nacimiento de Cristo, los huevos eran ingredientes esenciales en muchas recetas. Los fenicios, los griegos, y luego los romanos los consideraban muy saludables. Además de ser nutritivos, creían que eran beneficiosos para los problemas del hígado y los riñones, que incrementaban la fertilidad y eliminaban ciertos problemas del tracto urinario.
Los consumían de diferentes formas, pero los antiguos romanos copiaron la fórmula griega de mezclar huevos con leche y crearon una receta llamada Tyropatinam con huevos, leche y miel, que se cocinaba a fuego lento para cuajar los huevos y luego se servía espolvoreada con pimienta. El tyropatinam se menciona en la obra del poeta latino Fortunato (530-609 a.C.).
Ya en la Edad Media esta receta se hizo muy popular en épocas de Cuaresma cuando estaba prohibido comer carnes. Entonces surgió el «flado» (torta, objeto plano, en latín) de huevos cuajados en versiones saladas y dulces, con pescado, verduras y también frutas, queso y miel.
En Francia y España, la versión dulce del «flado» comenzó a servirse como postre, invertido, con una salsa de caramelo, y pasó a llamarse «flan» o «creme renversee au caramel», en el pueblo galo. Llegó a América a través de la Conquista española, y hoy en día es uno de los postres más populares del mundo.

Ingredientes:

  • Huevos grandes 10 (ó 12 si son pequeños)
  • Azúcar 400 g
  • Leche 1 lt
  • Esencia de vainilla 2 cdas.
  • Azúcar para el caramelo 1 taza

Preparación:

Colocar la taza de azúcar en una cacerola y llevar a fuego medio. Cuando el azúcar se esté disolviendo y el caramelo apenas comienza a tomar color, retirar del fuego y mezclar levemente hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Se debe lograr un caramelo rubio para que quede sabroso en el postre final ya que si el caramelo se pasa, tomará un color oscuro y luego quedará con sabor amargo.
Aún caliente, volcar el caramelo sobre una flanera apta para horno y con la ayuda de una cuchara cubrir todo el interior del molde, teniendo precaución ya que el caramelo toma altas temperaturas por lo que hay que ser cuidadoso.
Colocar en un bowl los 12 huevos y mezclar apenas para romper el ligue. Agregar el azúcar e incorporar suavemente para no agregar aire a la preparación, evitando la formación de burbujas.
Verter la leche y la esencia de vainilla. Unir bien sin batir hasta que quede una preparación uniforme.
Volcar la preparación sobre la flanera con el caramelo. Para lograr un flan mucho más liso, suave y uniforme se puede colar la preparación para filtrar restos de ligue de huevo y burbujas.
Colocar el molde en una fuente apta para horno y agregar agua en la misma para cocinar el flan a baño María. El agua debe llegar aproximadamente hasta la mitad de los moldes. Cocinar en horno a temperatura moderada hasta que la superficie esté apenas dorada y el flan ya haya tomado consistencia firme.
Retirar del horno y llevar a heladera. Desmoldar una vez que esté bien frío y servir solo, con crema o con dulce de leche.

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