Sergio Fenoy asumió como arzobispo de Santa Fe tras una multitudinaria ceremonia en la Catedral Metropolitana de la ciudad de Santa Fe.

Tras realizar su confesión de fe y juramento, y que el Cabildo Eclesiástico firmara el documento que avala la designación de Fenoy como arzobispo, la nueva autoridad de la iglesia santafesina brindó sus primeras palabras de bienvenida y agradecimiento a todos los presentes.

El recibimiento de la nueva cabeza de la Iglesia santafesina estuvo acompañado por efusivos aplausos. De pie y con la imagen central de la Catedral Metropolitana a sus espaldas, el arzobispo destacó la importancia del momento en su vida y la amabilidad con la cual fue recibido.

«Esta cátedra es muy importante, basta pensar solamente en mi inmediato predecesor monseñor José María Arancedo, a quien en nombre de todos ustedes también le agradezco», aseguró Fenoy quien no tardó en agradecer los años de ministerio y entrega de quien hasta hace poco dirigiera los rumbos de la comunidad católica santafesina.

«Sé cómo lo aprecian, sé lo que ha hecho por esta iglesia particular y por esta ciudad como sociedad santafesina, así que basta pensar en él para darme cuenta de que es una cátedra muy grande. Y es signo de responsabilidad, es el signo de la responsabilidad del obispo», agregó Fenoy sobre la figura de Arancedo y las responsabilidades que deberá afrontar de ahora en más.

Punto y seguido Fenoy hizo mención a su confesión de fe y juramento, realizado momentos antes, y aseguró que a pesar de lo mencionado en este aún «queda mucho sin decir, pero mucho por vivir».

Consciente de la responsabilidad que enfrenta a partir de su nombramiento y sus debilidades llamó a los presentes y fieles a brindarle la paciencia necesaria para alcanzar la confianza requerida para llevar adelante su tarea.

«Espero la paciencia de Dios, que me siga teniendo paciencia y entregando su gracia y amor como hasta ahora. Y pido la paciencia de todos ustedes porque es esa paciencia, esa comprensión la que va a hacer que me afirme con confianza en esta venerable cátedra. Así que espero contar con la paciencia de todos», manifestó Fenoy.

Sobre esta última virtud (la paciencia) aseguró que es el símbolo del que reside en la verdad y el amor. «Al estilo de Jesús, del que anuncia la verdad y el que debe testimoniar con sus obras el amor y también por eso venerarlo», describió el obispo.

«En Jesús la verdad y el amor coinciden, él manifiesta el más verdadero y auténtico amor y condice de parte de su padre la verdad más clara que todo corazón desearía escuchar: que Dios es amor y que nos ama. Y la dice con amor además a esa verdad, con misericordia, con cercanía», prosiguió el arzobispo que bregó por poder conducir y vivir su ministerio a través de la doctrina de la Iglesia. «La cual debe conducir al amor y el amor vivido efectivamente hace que nuestra fe sea creíble, que realmente lo que creemos es verdad porque se manifiesta en las obras de amor. Ojalá que lo pueda hacer así siempre mientras dure este servicio, que pueda anunciar la verdad sin temor al estilo de Jesús y con todo el amor posible. Y pueda mientras tanto, sencillamente, ocultamente, sin ruido, mostrar lo que creemos. El amor muestra lo que creemos, no tanto los discursos o las palabras», finalizó la máxima autoridad de la Iglesia santafesina.