Por Pablo Payró (Editor del portal web Infosoberana y miembro del Foro por la Recuperación del Paraná)

Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre el “batacazo electoral” del libertario, y mucho se ha dicho sobre lo que expresa ese voto y que sectores del electorado ha logrado influir para convertirse en la opción más votada de las elecciones P.A.S.O.

Sin embargo, no se conoce tanto, los intereses que están detrás de este personaje, y cómo los principales grupos del denominado “círculo rojo” miran con atención su meteórico ascenso, y en muchos casos, explican su irrupción en el terreno político.

También resulta importante analizar las implicancias que en el terreno ideológico representa este tipo de corrientes que reivindican a personajes como Friedrich Hayek (de la denominada Escuela Austríaca) o Milton Friedman (un ultraliberal que fue asesor de los gobiernos de Ronald Reagan en EEUU y Margaret Thatcher en el Reino Unido, y más tarde del republicano George Bush), con el objetivo de acumular cuadros políticos, técnicos y profesionales a su servicio, fomentando los valores del individualismo extremo y una ideología fundamentalista de mercado. Como veremos, es una corriente que tiene expresión mundial, y que en Argentina ha venido creciendo desde hace algunos años a esta parte.

En un país dependiente como el nuestro, ningún análisis puede dejar de lado la situación internacional, sobre todo luego de la invasión rusa a Ucrania que ha agudizado la disputa entre las distintas potencias imperialistas, y ha acelerado la reconfiguración de bloques y tratados comerciales en el marco de un nuevo reparto del mundo, acciones que parecen en todos los casos estar presididas por un horizonte de guerra global con consecuencias inimaginables.

En este sentido, las definiciones de Javier Milei en el terreno internacional han sido categóricas:

“… mi alineación internacional es con occidente y los valores de occidente. Ya dije que mis dos grandes aliados son Estados Unidos e Israel. Es más, hasta definí a dónde voy a hacer mi primer viaje en caso de ser presidente. Dado que en Estados Unidos no gobierna el Partido Republicano decidí que mi primer viaje como presidente, en caso que sea electo, va a ser a Israel”, manifestó en Radio Mitre.

Para que no quedaran dudas, en las últimas semanas fue por más, con nuevas definiciones que reafirman su ubicación en el tablero de la geopolítica. Planteó la necesidad de disolver el Mercosur que lidera Brasil (uno de los principales socios comerciales de Argentina) y romper con los países que denomina “comunistas” como China, Cuba, Venezuela, etc. Rápidamente se cuidó de aclarar que seguirán siendo socios comerciales del sector privado, atento a la preocupación que surgiera en parte de las clases dominantes (expresada en publicaciones en diferentes grandes medios) muchas de las cuales han desarrollado su peso en la estructura económica de la mano de los acuerdos comerciales con China, Rusia, India, etc.

En sintonía con este posicionamiento, no tardó en rechazar el ingreso a los BRICS anunciado recientemente por el presidente Alberto Fernández, no dejando pasar la oportunidad para mostrar su fervor anti-comunista que forma parte del ideario libertario en cientos de publicaciones.

De igual modo, tengamos en cuenta, que la dictadura más feroz que conoció la Argentina, que también profesaba un visceral anticomunismo, tuvo durante gran parte de su gobierno como principal socio comercial a la Unión Soviética. Es decir, cuando de negocios se trata, y sobre todo, cuando los intereses de la oligarquía están en juego, siempre ha primado el vil metal por sobre cualquier consideración política.

Es decir, no hay duda que en lo ideológico profesa un alineamiento total con los EEUU, particularmente con los sectores más reaccionarios vinculados al Partido Republicano. Y por lo tanto, no resultan llamativas sus referencias al estado de Israel, cuyo gobierno es uno de los aliados más agresivos en defensa de los intereses yanquis en Medio Oriente en la disputa por los recursos petroleros. Pero esto no implica necesariamente que este alineamiento tenga su correlato directo en el terreno comercial, más cuando históricamente Argentina ha sido un competidor de EEUU en lo que refiere a la producción granaria.

Es por esto que no resulta llamativo su pública relación con el magnate Eduardo Elsztain, a quien considera como una figura a la que respeta profundamente. No es un empresario más, es uno de los principales terratenientes de la Argentina, con casi un millón de hectáreas que administra a través de la firma CRESUD, negocio (renta mediante) que le permitió transformase en el principal operador inmobiliario de Argentina de la mano de la firma IRSA, que controla la gran mayoría de los shoppings centers en el país. Como dueño del Llao Llao, ha sido el anfitrión del Foro que todos los años convoca reuniones con dirigentes y empresarios, que no son abiertas al público. Este año pasaron personajes como Marcos Galperín (Ceo de Mercadolibre), Gustavo Grobocopatel (líder en el rubro del agronegocio), Federico Braun (dueño de la cadena La Anónima), es decir, exponentes indiscutidos del establishment de la Argentina. En abril de este año fueron invitados a exponer sus propuestas Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei.

El dueño de la tierra, como gusta nombrarlo el diario La Nación, no oculta que parte de su fortuna fue amasada en sus inicios junto al magnate húngaro George Soros, con innumerables denuncias de fraudes financieros en todo el mundo.

Y un último dato no menor, Elsztain es un miembro destacado del Congreso Judío Mundial, la organización más influyente a nivel mundial que agrupa a organizaciones judías de todo el mundo, del que llegó a ser tesorero y presidente durante varios años.

Otro peso pesado con el que Milei posee una estrecha relación es otro Eduardo, en este caso, de origen armenio y apellido Eurnekian. El dueño de Corporación América, un conglomerado de empresas que van desde la concesión de 52 aeropuertos en todo el mundo, la producción de biodiesel (Unitec Bio), la obra pública (Helport), etc. Milei reconoce haber sido empleado en Aeropuertos Argentina 2000 desde el 2008 hasta el 2021, y ha sido en el multimedio del que también es propietario (América TV), uno de los principales instrumentos que lo catapultó a la escena mediática, a partir de sus habituales entrevistas con el periodista Alejandro Fantino.

En el almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) que impulsa el multimillonario empresario, no ahorró palabras de elogio a su ex-empleado Javier: “Espero que tengas realmente éxito, que puedas sentirte orgulloso de que un día has iniciado el cambio. Y te acompañaremos, obviamente…”.

En el Council of the Americas, la organización empresarial estadounidense creada por David Rockefeller, cuyo objetivo es promover el libre comercio, la democracia y la libertad de mercado en las Américas, que todos los años realiza un evento por el que pasan los principales dirigentes y en el que rinden examen ante los verdaderos dueños de nuestra Argentina. Este año, rápidos de reflejos, el núcleo duro pidió además reuniones reservadas con Javier Milei para escuchar con mayor atención sus propuestas; estuvo a solas con empresarios como Alejandro Bulgheroni (Pan American Energy), Mario Grinman (Cámara de Comercio), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), entre otros.

Paolo Rocca, el mandamás del grupo Techint, también mira con expectativas el ascenso del libertario. Lo hace principalmente porque lo ve como un aliado frente a China (su principal competidor en la producción de caños sin costura), y además porque en un escenario mundial en donde hay viento en contra en la producción de acero, las reformas en las relaciones laborales que propone Milei, como veremos más adelante, son bienvenidas, porque implican rebajas concretas del denominado “costo laboral argentino”. De hecho Miguel Ángel Punte, el ex – gerente de Recursos Humanos del Grupo Techint y ex – número dos de Jorge Triaca en el Ministerio de Trabajo en el gobierno de Macri es el cerebro de todas estas reformas.

Como si todo esto no bastara para mostrar los vínculos del “disruptivo” candidato con el núcleo duro del “poder real”, en un artículo recientemente publicado por el economista Horacio Rovelli [4] se describen los lazos que existen entre Darío Epstein (que junto a Roque Fernández y Carlos Rodríguez, son los tres economistas que representan a Javier Milei ante el FMI.) con el grupo Black Rock, uno de los fondos de inversión más grandes del planeta, con intereses muy vinculados a los EEUU y el mundo financiero en particular, con participación accionaria en gran parte de las principales empresas que operan en la Argentina y el principal acreedor privado con títulos de deuda argentina por más de 2.000 millones de dólares.

 

LA BATALLA EN EL TERRENO DE LAS IDEA$

Es el terreno ideológico uno de los lugares principales en donde desde hace varias décadas se viene librando una dura disputa para ganar a sectores de la intelectualidad y a los referentes económicos en particular, para las ideas liberales.

En diferentes declaraciones públicas Javier Milei reconoce su participación y vínculo con un sinnúmero de fundaciones, institutos y centros de investigación (que gusta denominar “Think tank”) que vienen “predicando” el credo liberal en todo el mundo.

De todas, una se puede inferir por su escala y vínculos con los centros del poder mundial, es una de las principales usinas de ideas conservadoras pro libre mercado. Se denomina “Atlas Network” o Red Atlas, más conocida así en el circuito latinoamericano. Como sostiene el periodista Gustavo Veiga en un artículo en Pagina12: “Atlas Network, es un núcleo que ya supera las quinientas fundaciones, ONGs y grupos lobbistas que disponen de enormes recursos puestos al servicio del ideario ultraliberal…”, con presencia en alrededor de 90 países en todo el mundo.

Es una organización con sede en los Estados Unidos, fundada en 1981 por el empresario británico Sir Antony Fisher, quien previamente fundara el Instituto de Asuntos Económicos en Londres, una escuela de dirigentes e intelectuales neoliberales que fue clave en la llegada de Margaret Tatcher al poder.

Atlas Network tiene como objetivo promover políticas económicas de libre mercado en todo el mundo. Posee fuertes vínculos con el Departamento de Estado de los EE.UU (el organismo responsable de las relaciones internacionales y de la política exterior de Estados Unidos) y la organización anticomunista NED.

Solo en Latinoamérica, el mapeo que realizara el periodista Lee Fang en un completo informe sobre la actividad de este red, da cuenta de la existencia de más de 80 think tanks en la región, que ha ayudado a formar n Latinoamérica a los cuadros liberales en economía y ultraconservadores en política que son parte de un complejo entramado de relaciones con el poder político . En la extensa nómina de “instituciones aliadas” que figuran en la pagina web de las “Fundación Atlas” figuran la Fundación Libertad (liderada en la ciudad de Rosario por el economista Gerardo Bongiovanni) en la que suele ser asiduo invitado Mario Vargas Llosa presidente de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), la Fundación Pensar (que formó a los cuadros técnicos que estuvieron detrás de la conformación del PRO junto a Mauricio Macri), la Fundación Libre (que preside Agustín Laje , el politólogo formado en contraterrorismo con una beca en el Departamento de Defensa de los EEUU, confeso antifeminista), el Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA) (conocido por nuclear a los economistas conocidos como “Chicago Boys” por sus vínculos con la Escuela de Chicago, que fue creado durante la dictadura militar y financiado por las agroexportadoras Bunge & Born y Cargill, con exponentes en la época del menemismo como Roque Fernández y Carlos Rodríguez) , etc.

La familia Benegas Lynch es sin lugar a dudas, la expresión más acabada del liberalismo argentino. Javier Milei los define como sus “próceres”. Son acérrimos defensores del libre mercado, y el nieto de primero de la zaga, todos de nombre Alberto, es uno de los principales defensores de la dolarización y de la eliminación del Banco Central, y no se pone colorado cuando afirma que “lo de la soberanía es un chamuyo”. Su padre, con varios reconocimientos de la Academia, fue asesor económico de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, de la Cámara Argentina de Comercio y de la Sociedad Rural Argentina. Un currículum que no deja lugar a dudas respecto de al servicio de qué intereses ha puesto su dilatada formación académica.

Otro aspecto importante de todas estas expresiones reaccionarias en el plano ideológico, ha sido el papel que han jugado en el último período en los procesos de desestabilización y apoyo a los golpes de estado en la región a través del uso de las redes sociales mediante complejos sistemas tecnológicos que permite su manipulación en gran escala.

Tal es el caso de Brasil donde la Red Atlas según afirman algunas fuentes periodísticas[6] financia el Movimiento Brasil Libre que participó activamente en la destitución de Dilma Rousseff y que años después, mediante operaciones en las redes sociales, el activista libertario Fernando Cerimedo, de nacionalidad argentina, promovió las violentas manifestaciones que montaron fanáticos de Bolsonaro por todo Brasil y que culminarían, días después, con ataques al Congreso y al Palacio de Gobierno en Brasilia tras la asunción de Lula da Silva, en un intento de golpe de estado como hace rato no se veía en dicho país.

Esa, no sería la primera vez ni la última en que el fundador de La Derecha Diario, quien lidera un conglomerado de empresas que incluye medios de comunicación, agencias de publicidad y marketing político y dice ser el responsable tecnológico de la campaña presidencial de Javier Milei, reconoce el armado de operaciones de este tipo, que tienen en los sectores juveniles un impacto importante, dado que son los que más las utilizan.

Reconoce disponer de 50.000 cuentas creadas “para monitorear diariamente de qué se está hablando en general, recopilar datos, ver por dónde pasa la conversación en relación a Javier, y qué interesa o no. Para eso, usamos inteligencia artificial también. Y a partir de eso, evaluamos si salimos hablar o no, vemos el impacto de un posteo o noticia, y cuántos la leyeron o interactuaron. O decidimos si disparar o no un tema” y haber trabajado para Bolsonaro, Macri y Patricia Bullrich.

Se lo acusa también de haber orquestada parte de la campaña de la derecha contra el texto de la nueva Constitución en Chile promovida por el gobierno de Gabriel Boric, que fuera finalmente rechazada.

Está claro que el fenómeno de Milei no puede circunscribirse a sólo una eficaz estrategia de marketing digital. Ni que sólo el apoyo de los grandes grupos económicos necesariamente sea determinante a la hora de definir un escenario electoral. Son las dificultades del presente las que generan condiciones para que este tipo de discursos penetren con mayor facilidad. Modificar esas condiciones es un paso necesario indispensable para que el final de la historia no vuelva a ser un retroceso en la conquista de derechos y las minorías vuelvan a ser los dueños de nuestro futuro.