Tras la decisión del Gobierno de retrotraer a diciembre el precio de las cuotas de las empresas de medicina privada, las prepagas avisaron a sus prestadores que quedan anulados los aumentos pautados, lo que abre un fuerte conflicto con las clínicas y los médicos.

Desde una de las firmas hicieron saber a sus prestadores que el incremento de abril del 12 % queda sin efecto.

Frente a esto, las cámaras de prestadores advierten de riesgo de quiebra, frente a un contexto de situación crítica para varias clínicas, las cuales se verían seriamente afectadas por la medida de las empresas.

En efecto, la decisión de las prepagas de no afrontar los costos de la medida del Gobierno y trasladarla directamente a sus prestadores genera un efecto dominó que compromete a todo el sistema.

A raíz de esto, el Gobierno acentúa la guerra con las prepagas y se pregunta sobre el destino del dinero durante el periodo en que no le habilitan los recursos a sus prestadores.

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La bronca con las empresas de medicina privada crece y advierten que los aumentos que aplicaron entre enero y marzo fueron del orden del 115%, cuando los prestadores recibieron poco más del 90%.

En ese marco, amenazaron con volver al esquema de cobro de copagos por parte de los profesionales de la salud, disposición que también afecta considerablemente el bolsillo de los usuarios, con salarios que no aumentan en la misma proporción que los precios de productos y prestaciones.