Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

A mediados de la semana pasada en un plenario de las comisiones de Salud y de Comercio en Diputados, que contó con la presencia del ex ministro Ginés González García, se abordó el aumento de precios de medicamentos y la falta de control del Estado.  La apertura de la diputada nacional Carolina Gaillard, de Entre Ríos, presidenta de la Comisión de Salud, estuvo signada por el interrogante acerca del porque se dio un “aumento desproporcionado de los precios de los medicamentos, y cuáles son las políticas de control que se llevan adelante desde el Poder Ejecutivo Nacional”.

Entre los objetivos propuestos por la Comisión se mencionó concebir diferentes estrategias para el control de precios por parte del Ejecutivo, pero también otras alternativas que se plasmen en iniciativas parlamentarias tomando la opinión de los especialistas para avanzar en legislación concreta, que puede ser a través de establecer precios de referencia o precios testigos.

Expusieron, la responsable del área del IPC del Indec, Alejandra Clemente, quien fue consultada por la titular de la comisión de Economía sobre la evolución de precios en el último lustro y respondió que solo tenían una comparación entre 2016 y 2017 ; el titular del Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper), Fernando Cañete y otras organizaciones vinculadas a la salud. La representación del Pami -a pesar de estar invitada- no asisitió.

Por si faltarán elementos para cuestionar la política oficial, la farmacéutica Gabriela Bes, del Observatorio de precios de Medicamentos, miembro de Adef y la agrupación Ricardo Laguzzi, denunció desmedidos aumentos de precios que superaron ampliamente la inflación, los aumentos salariales, las jubilaciones y pensiones o asignación, y dio ejemplos concretos de aumentos de noviembre de 2015 a mayo de 2017.

Comisión de Salud de Diputados

“Con la situación económica actual en la que los aumentos están muy por encima de las paritarias y los salarios, mucha más gente se vuelca al sistema público con la gravedad de que hay falta de insumos”, dijo la facultativa.

En diálogo con Conclusión, Gabriela Bes, dijo que «independientemente de la ideología política que tenga cada uno, es el Estado quien tiene que proteger a la población», y agregó que «los medicamentos son un bien social que tienen que estar fuera del concepto de mercado. Esto es una puja y hay quienes no ven ni interpretan que los medicamentos son parte del derecho a la salud, para ellos es un negocio».

Consultada si la valoración del mercado quita al hombre de la centralidad que tiene que ocupar poniéndolo al servicio de la economía, la farmacéutica manifestó que «confrontan dos modelos completamente diferentes, el Estado anterior regulaba y la secretaria de Comercio interpelaba a la industria de los medicamentos y establecía topes de rentabilidad, porque hay límite entre usura y ganar dinero. Así el limite del incremento lo fijaba el Gobierno con políticas públicas».

Según la profesional «el precio de los medicamentos es un obstáculo para acceder a los mismo y los sistemas de salud universales financiados publicamente. Pero resulta esencial saber como se determina el precio de los medicamentos», y agregó que para evitar abusos «hay que inventar o diseñar formas de intervención pública que puedan modificar las perspectivas de bienestar social que permita efectivamente acceder a los medicamentos».

La formación del precio de los medicamentos recientemente introducidos en el mercado, que están habitualmente protegidos por derechos de exclusividad, es muy distinta a la de los medicamentos que están desde hace años en el mercado y cuyos derechos de exclusividad han caducado y que están, por tanto, sujetos a la competencia efectiva o potencial de proveedores genéricos.

—¿Cual es el criterio que se utiliza para aumentar el precio de un medicamento?

—Según un informe del Observatorio de Políticas públicas, el 85% de los medicamentos aumentaron más que la inflación, las razones para que ello suceda se encuentran en los lineamientos de la política económica de los último 18 meses que llevaron a relajar los controles de la Secretaria de Comercio, y también en términos estructurales se destaca el alto grado de concentración del mercado.

—¿A que se denomina mercado en el sector de medicamentos?

—Los actores se encuentran en las droguerías y quienes distribuyen los medicamentos. La cadena de valor de los medicamentos comienza con la producción local o la importación como bienes finales. Según la secretaria de Política Económica y Planificación del Desarrollo del actual ministerio de Hacienda y Finanzas, 250 empresas conforman el sector farmacéutico del país, incluyendo firmas que producen localmente e importadoras.

—¿Que cantidad de firmas son las que producen medicamentos?

—Existen 110 establecimientos productivos de los cuales 93 (85%) pertenecen a laboratorios de origen nacional y un 15 % a laboratorios extranjeros. En Argentina se venden mensualmente 60 millones de unidades de medicamentos, 20 laboratorios concentran alrededor del 80% de la facturación y de las 10 principales firmas, 5 son extranjeras, ocupando el primer lugar la firma Bayer. Pero el circuito continua con la comercialización mayorista a través de distribuidoras y droguerías que comercializan directamente a clínicas y hospitales y finaliza con la comercialización minorista en las farmacias.

Gabriela Bes, del Observatorio de precios de medicamentos

—¿Que cantidad de droguerías hay en Argentina y que influencia tienen en el «mercado»?

—Actualmente están registradas aproximadamente 445 droguerías y 4 de ellas concentran el 70% del mercado. Las empresas se llaman Del Sud, Monroe Americana , Suizo Argentina y Barraca. Este mismo efecto oligopólico se produce en las distribuidoras donde 4 concentran cerca del 99% de las ventas, son: Rofina que pertenece al laboratorio Rommers, Diprofarma vinculada a Bagó, Farmanet Sociedad de laboratarios Casasco, Gador, Bayer, Novartis, Boeringer, Ingelhein Global Farm vinculada a la boratorios estadounidenses.

 —¿Y el mercado minorista?

—Esta atomizado, se distribuye entre 13.000 farmacias. Inicialmente la devaluación del peso argentino tuvo un impacto directo en le precio de los insumos importados fundamentalmente para la producción -sobre todo principios activos y envases- al mismo tiempo de este incremento de costos por el alza de los servicios públicos afecto a las empresas del sector y esto lo trasladaron a los precios. También los incrementos se deben a las estructura concentrada del mercado, en la cadena de producción y comercialización.

—¿Que beneficio les aporta a estos actores esta situación?

—Les facilita fijar los valores del mercado. El incremento promedio de los precios se posiciona no solo encima de los aumentos de salarios de trabajadores y jubilados o pensionados, sino además por sobre el aumento del nivel general de precios.

—¿Cuales son los efectos sociales?

—La caída en la capacidad de compra de la población, de estos productos que son esenciales para la calidad de vida de quien lo necesita. Pero a pesar de los cuantiosos incrementos de precios las empresas del sector siguen presentando mejores en sus niveles de venta según el último informe del Indec, la comercialización de medicamentos en Argentina para el último semestre de 2016 la facturación llego a los 37.404.000 pesos. En 2016 se observó un aumento en la facturación total de 40% respecto de 2015.  Pero esto no termina allí, la industria de los medicamentos es inelástica, porque anula la posibilidad de que las cantidades consumidas presenten saltos pronunciados entre un año y otro. Esto explica que han avanzado por sobre la inflación, reparemos cual fue la evolución de los medicamentos y notaremos lo que afirmé. Un informe del Observatorio de la Cofra, Confederación Farmacéutica Argentina, arrojó algunos precios si consultamos el manual farmacéutico on-line del Grupo Alfa Beta y si lo comparamos con los precios de mayo de 2017 vemos que desde noviembre de 2015 a hoy aumentaron: Actron 67%, Lotrial 86%, Tafirol 130%, Pervinox 86%, Aspirineta 224% a pesar que bajan la cantidad de comprimidos, Bayaspirina 153% , Anapril 86%,  T4 (Levotiroxina) 106%, Macril (crema) 108% y Atomastatina marca Lipitor 94%, por nombras algunos. Hay que considerar que mucho de estos medicamentos se usan en patologias crónicas, esta claro que estos aumentos superaron a la recomposición de ingresos de salarios y jubilaciones o subsidios de programas nacionales como lo afirmamos en un comienzo. La pregunta es, que hace el Estado?