Por Facundo Díaz D’Alessandro

La incertidumbre generada por la irrupción y el avance del coronavirus sobre la vida humana alrededor del mundo es quizás lo peor de la pandemia, sin desestimar por supuesto la tragedia inconmensurable que reviste cada vida que se apaga.

En Argentina, las tempranas medidas extremas adoptadas por el gobierno lograron contener (al menos por ahora) la curva de contagios, una ventaja que sin dudas podría alentar a, sin creer que el brote está “domado”, pensar en la salida y recuperación de una economía en ruinas tras dos años de profunda recesión, agravada por la paralización casi total del último mes.

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“Es tan difícil hacer una apreciación acá sobre lo que nos puede llegar a pasar, el futuro de esto. Lo único que podría preverse hoy para industrializar serian fábricas de alimentos, es lo único que sé que se va a consumir”, dijo a Conclusión el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina y de la Federación de Industrias de la provincia de Santa Fe, Guillermo Moretti.

Graficando de esta manera el vector más desesperante del escenario económico actual, su costado incierto, amplió: “Tampoco te puedo decir si estamos al inicio, al medio o a tres cuartos. No porque quiera retacear información. ¿Alguien piensa ahora en comprar zapatos? ¿Una camisa? ¿Cambiar el tanque de agua? ¿Un auto nuevo? Entonces quién puede hacer una evaluación…”.

Según  estimaciones del  Instituto de Investigaciones Económicas de Fisfe, en Santa Fe la pandemia afecta a más  de  3.500  empresas  industriales  y  65.000  trabajadores  no  exceptuados (industrias   de   alimentación,   su   cadena   productiva   e   insumos;   higiene personal  y  limpieza;  equipamiento  médico,  medicamentos,  vacunas  y  otros insumos   sanitarios;   refinación   de   petróleo,   industrias   con   procesos continuos;   biocombustibles;   curtiembres,   aserraderos   y   productos   de madera;  colchones  y  maquinaria  vial  y  agrícola),  cifras  que  representan aproximadamente el 60% del total.

Este fuerte golpe afectará doblemente a un entramado industrial que lleva 22 meses consecutivos de caída interanual.

Comité de crisis

“Está todo en riesgo, la economía puede colapsar en cualquier momento. Estamos tratando que eso no pase, trabajando constantemente. Personalmente integro un comité de crisis de la UIA donde está el ministro de la Producción, Matías Kulfas, y el de Trabajo, Claudio Moroni, donde se discute constantemente e incluso hemos estado en Olivos con el presidente de la Nación buscando soluciones”, relató Moretti.

En el análisis sectorial, el dirigente industrial sostuvo que muchas fábricas funcionan “al 40%” mientras que otras funcionan “al 20%”.

“Hay algunas por las que hemos pedido en el trabajo conjunto con el gobierno provincial, como maquinaria agrícola, que la hicimos abrir nosotros y está laburando. En Armstrong, Las Parejas, lugares donde no hay transporte urbano y aumentan exportaciones”, detalló.

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El empresario resaltó la importancia de evitar la aglomeración en transporte urbano ya que “está constatado que es uno de los principales focos de contagio”.

“Hay grandes industrias trabajando con mucho menos personal, sea porque tienen empleados que son población de riesgo, embarazadas, mayores de 65, hombres o mujeres que tienen que cuidar hijos. Ahí te baja la cantidad de personal”, expuso Moretti.

A la hora de medir el trabajo del comité de crisis entre funcionarios y dirigentes industriales, el vicepresidente de Fisfe y la UIA se refirió a dos casos testigo.

“Por ejemplo tenés los jugueteros, está constatado que en casi todas las fábricas van en moto, auto o caminando, la gran mayoría tienen base en ciudad de Buenos Aires, si bien hay unas pocas en Santa Fe y Córdoba. Ellos vuelcan todo en dos fechas anuales (día del niño y navidad), ya están con órdenes de compra para agosto. Y esto es clave: con supermercados tenían un acuerdo para que ofrezcan un 50% de productos industria nacional y otro 50% importado. Ahora no entra importado entonces me dicen ‘es nuestra oportunidad’”.

“Después está el caso de los aserraderos de Misiones y Corrientes, que estaban cerrados. No llega madera, no se hacen pallets para transportar alimentos ni papel para envoltorios. Caso similar con la tinta para escribir sobre esos envoltorios y medicamentos. Hemos levantado un montón de cosas. Todos esos insumos los hemos ido acomodando y poniendo en marcha”, puntualizó Moretti.

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En contrapartida, plantas grandes como algunas automotrices, que piden el retorno de la actividad (especialmente las que exportan), aguardan el ingreso de insumos importados. “Allí debe tenerse cuidado, se te enferman tres tipos y te infectan una fábrica de 500 trabajadores. Ocho o diez asintomáticos te liquidan una línea de producción”, señaló.

Casos y casos

Ante la consulta alusiva a la extensión, es decir, ¿cuánto resisten las empresas en esta condición?, Moretti respondió: “Eso no te lo puedo decir porque nosotros tenemos 810 convenios industriales, esto quiere decir que tenés 810 rubros diferentes”.

Respecto a las medidas del gobierno para intentar apuntalar la oferta y sostener a las empresas, especialmente a través del programa Repro para las grandes firmas, créditos y baja de aportes patronales para medianas y pequeñas, el dirigente de la UIA se mostró con una valoración positiva respecto a la labor del gobierno nacional.

Sí guardó un párrafo crítico a la hora de la ejecución de esos anuncios, en especial a la actitud del sector financiero (puntualmente los bancos), amparados bajo el ala del Banco Central (BCRA).

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“Las medidas se atrasan. Que el BCRA se ha comportado muy levemente con los bancos es cierto, y éstos no han estado a la altura. Obvio que me hubiera gustado que liberen los depósitos y créditos, aliviaría las cosas. ¿Los Repro salen rápido? No, hay una serie de circunstancias terribles alrededor. Pero no se puede decir que no estamos trabajando en el tema porque todos los días el comité de crisis industrial se reúne, sábado y domingo incluido, durante 4 horas”, contó Moretti.

Por otra parte, ponderó el trabajo del gobierno de la provincia de Santa Fe en la elaboración de protocolos industriales. “Cada planta debió mandar las medidas de higiene y seguridad, una planilla firmada por cada trabajador, explicando que no está enfermo, antes que entre se le debe tomar temperatura y hacer limpieza adentro, la provincia ha laburado 10 puntos en eso”, consideró.

Y concluyó con una leve crítica, a modo de reflexión, respecto a los que piden una apertura irrestricta de la actividad.

“No están apreciando el impacto de esto a nivel mundial, está más de medio mundo parado y van a cambiar las pautas de consumo. En Alemania, nos contó el presidente, ya en febrero, cuando viajó a Europa, la canciller Ángela Merkel le dijo que calculaba que va a haber una pérdida económica global de unos 600 mil billones de dólares”, cerró.