MARTES, 26 DE NOV

La carne vacuna aumentó hasta un 15% en los últimos días: el kilo de asado ronda los $4.500

En la última semana los cortes vacunos ofrecidos en carnicerías rosarinas aumentaron entre un 13% y un 15%. Así, el kilo de nalga –muy usado para hacer milanesas– cuesta entre $4.600 o $4.800; mientras que un asado para cuatro personas ronda los $13.000.

 

Las góndolas de las carnicerías rosarinas registraron una actualización de precios en los últimos días: los cortes vacunos subieron entre un 13% y un 15%, mientras que el cerdo subió un 9% y el pollo hizo lo propio en un 5%. Con este incremento, un asado para cuatro personas ronda los $13.000.

En diálogo con Conclusión, el presidente de la Sociedad de Carniceros de Rosario, Juan Ramos, indicó: “La carne aumentó la semana pasada, entre jueves y viernes. De ahí en adelante no volvió a subir. En el cerdo también se registraron incrementos del 9% más o menos. Las subas en el cerdo son graduales y semanales, por ahí son del 3% o 4%, van de a poco, mientras que los de la carne vacuna son en una sola vez. El pollo también ha registrado un alza de entre un 5% y 6%”.

Con estas alzas, Ramos indicó que el kilo de nalga –corte muy usado para hacer milanesas– cuesta entre $4.600 o $4.800; mientras que el kilo de asado tiene un precio de referencia de $4.500.

“Un asado para cuatro personas, con chorizo y alguna achura, ronda los $13.000, estimativamente. Se calcula medio kilo por persona, que en este caso serían dos kilos de asado, tres o cuatro chorizos y los chinchulines”, enumeró el carnicero.

Al ser consultado sobre por qué aumentan los precios, consideró: “Las subas se dan por todo lo que hay alrededor. Los comerciantes que alquilan un negocio, que pagan impuesto y tienen personal a cargo registran gastos que se van incrementando, tanto en los sueldos, como lo que es la tarifa de luz. Además, los fletes de la hacienda que se lleva del campo al frigorífico y la que sale del frigorífico a la carnicería ha aumentado también”.

Ante esta situación, Ramos aseguró que “no está descartado” que la carne vuelva a aumentar antes de las fiestas.

“Aumenta todo y la carne va a seguir subiendo como todos los otros alimentos. Después, los montos y las variaciones se van viendo en el camino”, aclaró.

¿Qué pasó con el consumo?

Al ser consultado por cómo reaccionan los consumidores ante el aumento de precios, el presidente de la Sociedad de Carniceros detalló: “Los clientes compran cuando tienen dinero, y cerca de fin de mes, cuando va faltando plata, el consumo se paraliza. También se pueden bajar a algún corte más económico, una palomita o un brazuelo, pero lo que hace la gente es ir a los negocios y comprar hasta donde tiene, piden que le demos dos mil pesos de milanesa, o tres mil de carne picada, por ejemplo”.

En sintonía, el vicepresidente de la Sociedad de Carniceros de Rosario, Cristian García, habló con Cadena Oh! e indicó que hubo cambios en el consumo de los clientes: “Se han tirado más a los cortes sin hueso, porque rinden más, pero son un poco más caros. La calidad de la carne es la misma, pero son cortes que antes no se llevaban para un asado. En vez de costilla ahora compran una costeleta grande y gruesa o un bife de brazuelo con hueso, que sale casi mil pesos menos que la costilla o el vacío, o a lo mejor llevan un pedazo de vacío y un pedazo de ojo de bife que es el mismo precio, pero al no tener hueso cambia la cantidad que hay que llevar”.

Seguidamente, detalló que las ventas en carnicerías cayeron entre un 30% y un 40%, mientras que aumentó el consumo de cerdo y pollo, cortes alternativos a los vacunos.

“El cerdo viene acompañando un aumento paulatino, de un 8% cada diez días más o menos. Eso hace que el cerdo no esté tan alejado del precio de la carne vacuna. La carne bovina está, en promedio, en $4.500, y el cerdo en $3.500 o $3.200, aproximadamente”, detalló el carnicero.

Por último, al ser consultado sobre el panorama de cara a las fiestas de Fin de Año, García puntualizó: “La gente se va a juntar igual, a lo mejor va a haber más variedad de comidas, pero la gente para estas épocas no deja de comer un asadito, un lechón, un pollo arrollado, un matambre relleno o el vitel toné, hace un esfuerzo, comparte los gastos, pero no creo que haya mucho reemplazo de cortes”.

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