La investigadora, socióloga e historiadora feminista Dora Barrancos visitó Rosario durante la jornada de este sábado para encabezar una clase sobre “Políticas de la crueldad y discursos de odio: derechos en riesgo”, la cual fue impulsada por la Facultad de la Militancia y tuvo lugar en Maipú al 1152.

En diálogo con Conclusión, Barrancos apuntó: “Yo siempre voy a apostar a la condición humana. En esto imito a (Roberto) Rossellini, que fue un gran director cinematográfico y una vez, hace muchos años, allá por los 60’s o 70’s, un entrevistador lo tocó con una vara corta para ver si retrocedía algo en el énfasis que le ponía a la creación y condición humana. Entonces él dijo algo muy bello sobre que no iba a dudar ‘ni un minuto’ sobre su postura en el tema”.

“En estos momentos de tanta penumbra y sortilegios dolorosos, como nunca se impone una vertebración profunda del significado de lo humano que tenemos que asignar, activar, transformar y construir hacia adelante para superar este desafío”, completó la socióloga feminista.

Al ser consultada por su valoración de las políticas del presidente Javier Milei, observó: “El que está en peligro es el auténtico liberalismo. Sabemos de sus ataques al marxismo, los zurdos de mierda, el kirchnerismo y el populismo. Pero lo que está vigorosamente atacado y en peligro son las fuentes mismas de los derechos personales y los que tienen que ver con el arquetipo de construcción de una sociedad sobre la base de un orden jurídico en un Estado moderno”.

“Si no tenemos Estado, no tenemos Justicia ni posibilidad para sortear la incertidumbre y la inseguridad. Entre los ismos que el presidente odia se debe incorporar al propio liberalismo”, concluyó Barrancos.

Poco antes de hablar con este medio, la investigadora disertó en una clase de la Facultad de la Militancia y destacó: “He tenido tantas reuniones de mujeres esta temporada, y en todos los lugares me han planteado que no aparecen dirigentes. Y ahí mi cuota de indignación sube y les pregunto para qué necesitan dirigentes, organícense, después vendrán los muchachos”.

“No permitamos que nos pidan que no hagamos ola porque estamos muy revoltosas y los hacemos perder. No van a ir en esa corriente ridícula y espantosa, que subalterna nuestra condición”, cerró.