Conclusión Buenos Aires

Para el ex Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y docente universitario Horacio Rovelli, los liberales de Argentina, suelen repetir la historia cuando pueden, y esta dinámica contrasta con «los gobiernos nacionales y populares, como los de Hipólito Yrigoyen, Juan Perón, Arturo Illia y los Kirchner, que no solo no se endeudaron sino que lograron disminuir la deuda en términos nominales y más en términos reales, porque hicieron crecer el PBI».

Rovelli, explicó que desde el 10 de diciembre de 2015 el proceso de endeudamiento se repitió tanto con Macri como Fernández. Con el gobierno de Cambiemos la deuda externa se incrementó en forma sideral, y las necesidades del Tesoro Nacional se financiaron con el endeudamiento externo.

Así las cosas, las obligaciones con el exterior que en diciembre de 2015 ascendía a 222.703 millones de dólares, esa deuda estaba compuesta el 60% era intra-sector público (en poder del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, de los bancos oficiales, de distintos fondos fiduciarios argentinos, etc.), el 9% con organismos internacionales (unos 20.043 millones de dólares, y no teníamos deuda con el FMI, ya que se le había pagado todas las acreencias en enero de 2006) y el 31% con el sector privado (unos 69.038 millones de dólares). Es decir, la deuda externa en poder de organismos internacionales y bonistas privados era de 89.081 millones de dólares.

Concluido el gobierno de Cambiemos, en diciembre de 2019 cuando asumió Fernández se encontró que Argentina debía 320.630 millones de dólares: el 40% intra-sector público, 22,7% con organismos internacionales (mayormente el FMI, por el equivalente a 44.599 millones de dólares) y 37,3% con sector privado. La deuda se incrementó en 97.927 millones de dólares durante la gestión de Cambiemos y desmejoró sensiblemente su distribución (acrecentándose la externa) y la perentoriedad de los plazos.

En diálogo con Conclusión, Rovelli anticipó que los argentinos deberán «enfrentar una nueva devaluación, esto es muy fácil de ver, porque los grandes productores, como Grobocopatel, Soros, están liquidando lo mínimo indispensable para cubrir los costos de su explotación, y no hay operaciones a futuro. La Bolsa de cereales de Rosario estima que este año tendremos una cosecha récord de maíz de 56 millones de toneladas y de soja 50 millones de toneladas. El campo deja pasar los días para presionar sobre el tipo de cambio».

«La devaluación fue del ciento por ciento en diciembre, pero la inflación fue del 25,5 por ciento y sobre todo en combustible, están que trinan, en enero la inflación será similar, y en febrero pasará lo mismo, esto le comió la devaluación, ¿por qué van a exportar? Y este gobierno necesita más que el aire esas liquidaciones «, planteó el economista.

«Las provincias endeudadas en dólares, no escapan a este contexto, como recaudan en pesos, le es cada vez más caro comprar esas divisas, por lo tanto, la inflación le “licúa” el gasto en pesos (salarios, jubilaciones y pensiones, etc.) a lo que se suma la suspensión de parte de la obra pública», expresó el profesor de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA.

Respecto de la posición del campo, Rovelli afirmó que el gobierno «hizo una alianza con determinados sectores del poder económico, y el campo es un partenaire, no es el acuerdo con los exportadores, ni los grandes productores o grandes acopiadores y comercializadores de granos. El gobierno acordó con el sector financiero internacional y el club del petróleo. Eso explica porque Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara de la  Industria Aceitera de la República Argentina salió con los tapones de punta a criticar al Gobierno y que no piensan liquidar. También hay que decir que los bancos nacionales es la están pasando mal».

«El acuerdo se cerró con Luis «Toto» Caputo, y Santiago Bausili, con domicilio legal en Nueva York, que trabajan con grandes consultoras y fondos de inversión, como Black Rock, Vanguard, Fidelity y Templeton, es decir, para el capital financiero internacional. Y cuando se habla de la administración la hacen Eurnekián, Techint, u otros, pero no aparece el campo».

Rovelli aclaró que los grandes beneficiados son los bancos de afuera porque los de adentro la están  pasando mal. Incluso los bancos locales que esperaban la privatización del Banco Nación, para recibir la cartera de depósitos y los clientes de la entidad, pero aparece Caputo negociando con un banco de Brasil».

La inflación a futuro

El docente universitario afirmó que «se viene una tortura que no termina bien con más inflación y devaluación». Tienen «que devaluar porque la inflación se comió la devaluación inicial» y agregó que el gobierno «devaluará porque la inflación se comió la devaluación inicial», «los que pagaremos los platos rotos somos los que vivimos en pesos, trabajadores, comercios y empresas que viven del mercado interno, este modelo es para los de afuera, no beneficia al país productivo».

 

 

 

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