Obreros metalúrgicos y de la industria eléctrica de Alemania iniciaron este sábado un paro en reclamo de un aumento salarial que compense la inflación, que supera el 10 por ciento.
Unos 2.000 trabajadores convocados por el sindicato IG Metall realizaron «huelgas de advertencia» para presionar a la patronal, en medio de unas negociaciones que hasta ahora no han demostrado resultados.

Con 2,26 millones de miembros, IG Metall es el mayor gremio individual de Alemania y el mayor organismo de representación de trabajadores sindicados del mundo.

Unos 1.300 trabajadores pararon en el estado de Baviera y alrededor de 500 en el de Baja Sajonia, según un comunicado de IG Metall.

El sindicato pide un alza de un 8 por ciento que las empresas rechazan otorgar a un sector estratégico para la economía alemana, que incluye a 26.000 firmas de la industria del automóvil, la electrónica y la maquinaria.

Los representantes de los trabajadores justifican sus reivindicaciones por la «fuerte alza de los precios» en un momento en el que la inflación supera el 10%, reportó la agencia de noticias AFP.

Sin embargo, las empresas proponen dar un monto único de 3.000 dólares que sea válida por 30 meses.

«Los 3.000 euros pueden ayudar a la gente, pero con la evolución actual de los precios, se van a acabar rápidamente», estimó Knut Giesler, negociador de IG Metall NRW, la rama más importante del sindicato.

Por su parte, el presidente de la patronal Gesamtmetall, Stefan Wolf, consideró que el sindicato está «ciego a la realidad de la industria», lastrada por la crisis energética.

Unos 3,8 millones de personas trabajan en el sector.

Si bien aún no se anunció cuánto durará la movilización, está previsto que las negociaciones retomen el próximo 10 de noviembre.