La ministra de Interior británica, Suella Braverman, acusó este jueves a la Policía de tener un «doble estándar» por no prohibir una marcha de apoyo a la Franja de Gaza que se realizará el sábado en Londres, lo que a su vez provocó una ola de críticas contra las declaraciones de la funcionaria.

La Policía Metropolitana (Met), conocida también como Scotland Yard, es presionada por el Gobierno para evitar que se lleve a cabo la marcha propalestina en Londres, que coincide con la conmemoración del Armisticio del 11 de noviembre, día que en 1918 se firmó el tratado que puso fin a la Primera Guerra Mundial.

En un artículo para el diario The Times, del que se hicieron eco los principales medios británicos, Braverman acusó a la Policía de aplicar un «doble estándar» en su enfoque hacia las manifestaciones de distintos sectores.

«Los manifestantes de derecha y nacionalistas que participan en agresiones reciben, con razón, una respuesta severa, pero las turbas propalestinas que muestran un comportamiento casi idéntico son en gran medida ignoradas, incluso cuando violan claramente la ley», manifestó.

La ministra escribió que las marchas a favor de Palestina, que comenzaron el mes pasado en respuesta al asedio de Israel a la Franja de Gaza, habían sido «problemáticas» debido a «la violencia y a los cánticos, carteles y pegatinas altamente ofensivos».

Las declaraciones de Braverman se produjeron después de que el primer ministro, Rishi Sunak, se reuniera con el jefe de la Met, Mark Rowley, para discutir la seguridad de la marcha del sábado.

El miércoles, el premier expresó también su descontento con la decisión del jefe de policía de no respaldar las demandas de su Gobierno de prohibir la marcha solicitada por grupos de activistas en el marco de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas.

Aunque ni Sunak ni Braverman llamaron públicamente a la policía a prohibir la marcha, el primer ministro instó a los organizadores a cancelarla, calificando la elección de la fecha como «provocativa y falta al respeto».

Pero ahora el líder conservador se enfrenta a las acusaciones por parte del Partido Laborista de que la ministra del interior está perjudicando la independencia de la Policía y «creando deliberadamente una división».

«La terrible actuación de la ministra del interior es ahora un reflejo del primer ministro. Mantenerla en su puesto lo está perjudicando», dijo a la BBC, un destacado miembro conservador.

Un miembro del Gobierno, según la emisora pública, describió la intervención de Braverman como «desquiciada».

Mientras que Yvette Cooper, responsable del laborismo para temas de interior, describió las declaraciones de Braverman como un «peligroso intento de hundir el respeto por la policía», el alcalde de Londres, Sadiq Khan, agregó por su parte que era «irresponsable».

A su vez, el líder del opositor Partido Demócrata Liberal, Ed Davey, dijo que Sunak «debe finalmente actuar con integridad despidiendo a su ministra del interior» a la que consideró que «está fuera de control».

Mientras tanto, una fuente de Downing Street, informó que el artículo escrito por la ministra del Interior no había sido autorizado por el Gobierno.

La semana pasada, en medio de la crisis del costo de vida y la escasez de viviendas en la capital británica, la cuestionada ministra dijo que las personas que duermen en la calle lo hacen por elección, al afirmar que quería impedir que los sin hogar instalen sus carpas en la vía pública.

«No podemos permitir que nuestras calles sean invadidas por hileras de tiendas de campaña ocupadas por personas, muchas de ellas extranjeras, para quienes vivir en la calle es un estilo de vida de su elección», dijo en la red social X, antes Twitter.

La funcionaria también fue criticada por utilizar a Irlanda del Norte como punto de comparación mientras se refería a las protestas propalestinas como «marchas del odio».

Según el diario británico The Guardian, Braverman es acusada internamente de desafiar al Gobierno de Sunak para que sea despedida y consolidar así su posición como la favorita para sucederlo como líder conservador.