El sumo pontífice había adelantado en octubre su intención de visitar esos dos días en las fechas confirmadas. Éste será el tercer viaje de Francisco en 2021, tras la ida a Irak en marzo, y a Budapest y Eslovaquia en septiembre.
La reunión duró 50 minutos y se constituyó la quinta cumbre de ambos en la Santa Sede, incluyendo el histórico encuentro de 2014 junto al entonces presidente de Israel, Shimon Peres. La búsqueda del Vaticano siempre fue apuntar a la solución del conflicto palestino-isaelí.
El Papa advirtió que miles de niños y niñas se ven apremiados "a trabajar incansablemente, en condiciones agotadoras, precarias y degradantes".
El sumo pontífice conversó 75 minutos con el norteamericano sobre asuntos vinculados a la pandemia y a la lucha contra el cambio climático y con Moon Jae-in pidieron por el proceso de paz entre su país y su vecino peninsular, Corea del Norte.
El Papa Francisco invocó a Dios para pedir a los gigantes de Silicon Valley para terminar con la difusión del "discurso de odio" y las "teorías de conspiración".
Cuídense de escuchar solamente a las elites económicas y sean servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena en armonía con toda la humanidad y con la creación", dijo el papa tras participar del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
En un mensaje a la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura, el Papa cuestionó la lógica que ubica a los alimentos como "una mercancía más" e instó a productores y consumidores a "tomar decisiones éticas y sostenibles".
Para el Papa, "es un tema muy delicado, que al mismo tiempo requiere mucha competencia y gran justicia".
El pontífice aseguró que "no basta con repetir declaraciones de principios que nos hacen sentir a gusto" e hizo un llamado a la responsabilidad para asumir acciones concretas que combatan la crisis ecológica.
El pontífice advirtió que, ante "el riesgo de nuevas pandemias", es necesario fijar "un conjunto de reglas claras, acordadas internacionalmente", que sean "respetuosas de la dignidad humana".
Si bien el Vaticano no encontró pruebas de que el cardenal Rainer María Woelki estuviera involucrado en la trama de abusos y encubrimientos, se lo halló responsable de “graves errores” en la gestión de las denuncias.
El sumo pontífice expuso que las raíces de fe y vida cristiana “deben ser custodiadas: no como exposiciones de museo, no ideologizadas e instrumentalizadas por intereses de prestigio y de poder”.