António Guterres dijo que las naciones “deben cumplir” sus compromisos de rejuvenecer los ecosistemas y la tierra que han sido dañados. Instó a que los países deben describir en sus planes nacionales la necesidad de revertir la deforestación para 2030.
El objetivo del programa es cumplir con las exigencias ecológicas y ambientales que ciertos destinos -como la Unión Europea- demandan para comprar materias primas, granos y carne.
Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, coinciden en la urgencia de evitar el punto de no retorno en la degradación de la Amazonía.
En el primer trimestre del año, la deforestación en el área brasileña cayó considerablemente. De acuerdo al Gobierno se debe a una decisión política.
Un informe del Instituto de Recursos nacionales advierte que el área total quemada o talada, es de 41.000 kilómetros y equivale a las superficies de Suiza o Paises Bajos. Más de la mitad de la destrucción ocurrió en Brasil y Bolivia.
