SáBADO, 30 DE NOV

Líderes mundiales advierten una creciente hambruna: “El año que viene va a ser devastador”

Los presidentes Pedro Sánchez (España) y Emmanuel Macron (Francia) y el canciller alemán, Olaf Scholz, expresaron su preocupación por la crisis alimentaria que padece el mundo tras la pandemia de coronavirus y la guerra entre Rusia y Ucrania.

 

Líderes mundiales pidieron este martes redoblar esfuerzos contra la creciente inseguridad alimentaria, agravada por diversas crisis mundiales como la pandemia de coronavirus, la guerra entre Rusia y Ucrania y el precarizado mercado de fertilizantes.

Reunidos al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York (Estados Unidos), la Unión Europea, la Unión Africana y España encabezaron un encuentro ministerial sobre el tema con el propósito de asumir el reto de la inseguridad alimentaria.

La reunión se produjo tras el G7 de junio, cuando las principales potencias prometieron dedicar cerca de 5.000 millones de dólares para combatir esa fuente de inestabilidad.

“No hay paz con hambre y no hay lucha contra el hambre sin paz”, sentenció el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, mientras el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, reclamó “actuar con sentido de urgencia”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablará este miércoles ante la ONU y anunciará planes de ayuda, adelantó su secretario de Estado, Antony Blinken.

En su discurso, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que su país financiará “la salida de trigo ucraniano a Somalia”, nación acechada por una hambruna.

Rusia fue acusada de poner la seguridad alimentaria en peligro tras su guerra con Ucrania, una situación que se sumó a otros factores de crisis como la pandemia de coronavirus, que alteró las cadenas de distribución, y el cambio climático.

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“La verdad es que el presidente ruso Vladimir Putin está chantajeando a la comunidad internacional utilizando el arma de los alimentos”, acusó Sánchez.

Los líderes destacaron el carácter “vital” del llamado acuerdo del Mar Negro, que permite la salida de grano ucraniano del que dependen muchos países de Medio Oriente y el norte de África.

Este acuerdo, firmado por Rusia y Ucrania con el aval de la ONU y Turquía en julio, permitió reanudar las exportaciones de grano ucraniano.

“Está claro que la interrupción actual de las cadenas de suministro de alimentos y la guerra en Ucrania afectarán las próximas cosechas”, advirtió Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Fomento de la Agricultura (FIDA), quien destacó el problema de los fertilizantes de los que Rusia es un importante productor.

“El año que viene va a ser devastador, quizás peor que durante el coronavirus”, alertó el experto, que aludió a una convergencia de crisis -cambio climático, pandemia y conflictos- y a la necesidad de invertir “cientos de miles de millones de dólares” al año para cambiar el modelo de desarrollo.

En un informe conjunto difundido en julio, la FAO, el FIDA, Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportaron que “entre 702 y 828 millones de personas se han visto afectadas por el hambre en 2021”, lo que representa el 9,8% de la población mundial.

Se trata de 46 millones más que en 2020 y 150 millones más que en 2019, dos años marcados por la pandemia, que afectó duramente a los sistemas de distribución.

“En 2022 hay suficientes alimentos en el mundo, el problema es la distribución desigual, y si no estabilizamos este año el mercado de fertilizantes simplemente no habrá suficientes alimentos en 2023”, expuso recientemente el secretario general de la ONU, António Guterres, citado por la agencia de noticias AFP.

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