El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendió este sábado un puente de reconciliación con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), al realizar una visita a su sede en la que aseguró a sus empleados que estaba de su lado.

«Estoy con ustedes, 1.000%», les dijo Trump. «Los amo y los respeto», insistió el nuevo presidente estadounidense, de pie delante de la famosa pared de la CIA en la que están grabadas estrellas que representan agentes caídos en sus funciones.

En su primer acto oficial como presidente, aseguró que «no hay nadie que tenga sentimientos más fuertes sobre la comunidad de inteligencia y la CIA que Donald Trump. No lo hay».

Como ya hizo durante su campaña electoral, Trump volvió a atacar a los medios de comunicación, y afirmó que los periodistas que escriben sobre él «son algunas de las personas más deshonestas que existen en la tierra».

De acuerdo con el nuevo mandatario, la prensa «hizo parecer que yo tengo un problema con la comunidad de inteligencia. Y solo quiero que sepan que ustedes son la primera visita que hago, es exactamente lo opuesto» de la versión sobre las tensiones.

Las relaciones entre Trump y la comunidad de inteligencia se tensaron inmediatamente después de la elección presidencial de noviembre, cuando varias de esas agencias indicaron que Rusia había interferido en la campaña para ayudar al polémico millonario.

Pero esa tensión se convirtió en abierta hostilidad después que se filtraran a la prensa unos supuestos documentos de inteligencia que sugerían que Rusia podría chantajear a Trump, ya que poseía videos de fiestas del millonario con participación de prostitutas.

Trump llegó a sugerir que la propia inteligencia estadounidense había filtrado esos documentos a la prensa, y en respuesta el director de la CIA, John Brennan, dijo a una red nacional de televisión que el presidente debía ser más «disciplinado» con sus palabras.

Mas temprano, el mandatario acudió a la tradicional ceremonia religiosa ecuménica en la Catedral Nacional de Washington, el día después de su investidura. Religiosos cristianos, judíos, musulmanes y de otros credos ofrecieron sus oraciones por el futuro de la nación y por la presidencia de Trump.

“Dios todopoderoso y eterno (…) conceda al presidente, vicepresidente y a los miembros del gabinete sabiduría y gracia (…) para que puedan servir al pueblo de su nación y promover la dignidad y libertad de todos”, dijo el obispo Harry Jackson, pastor afroamericano de una iglesia de Maryland.

El tradicional servicio religioso se remonta a la investidura del primer presidente del país, George Washington, y se ha celebrado siete veces en la gran catedral de estilo neogótico situada en el noroeste de Washington.