En los últimos tres debates de los candidatos a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Donald Trump, Rusia se robó la atención de la agenda de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, entre numerosos temas de políticas interior y exterior.

Según consignó el portal Actualidad RT, la “amenaza inminente” de la democracia estadounidense no es ni el Estado Islámico ni el terrorismo en general, ni la inmigración ni el racismo, sino “la imagen de la lejana Rusia que se aproximó a Estados Unidos en vísperas de las elecciones presidenciales”.

Esto queda expuesto con datos de WikiLeaks, que confirman que Rusia se convirtió en el principal tema durante los debates televisivos entre Clinton y Trump. Le siguen en la agenda el terrorismo en el segundo lugar y el tema de los impuestos en el tercero.

Antecedentes

En julio de este año, WikiLeaks publicó documentos filtrados del Comité Nacional Demócrata que evidenció prácticas donde se maniobraba para que Bernie Sanders no llegue a alcanzar la candidatura presidencial.

Esto generó un escándalo dentro del partido, ya que los funcionarios no estaban siendo neutrales. La filtración se llevó puesta a la presidenta del Comité, Debbie Wasserman Schultz; y el director de campaña de Clinton, Robby Mook, culpó al Gobierno ruso: «Expertos señalan que actores estatales de Rusia hackearon al Comité Nacional Demócrata, robaron estos correos electrónicos y, según otros especialistas, ahora los rusos están haciendo públicos estos e-mails con el fin de ayudar a Donald Trump».

En este marco, Trump expresó sus esperanzas de que los hackers rusos encuentren los correos de la época donde Clinton, su rival, era secretaria de Estado: «Rusia, si me estás escuchando, espero que seas capaz de encontrar los 30.000 correos que faltan», exclamó el candidato republicano.