Por Guido Brunet

Hace trece años un grupo de residentes del Hospital Víctor J. Vilela y estudiantes de Medicina acudieron a comunidades rurales de Chaco para brindar asistencia en salud, pero al ver la pobreza y el abandono que se vivía en el lugar decidieron comenzar a trabajar permanentemente allí.

En la zona se vive una cruda realidad. Problemáticas sociales, mala alimentación, falta de agua para consumo humano y violencia de género son algunos de los problemas con los que se enfrentan quienes viven en el lugar.

«Hay una escuela primaria, una secundaria, un destacamento policial y nosotros», describe el lugar Gustavo Farruggia, miembro fundador de la ONG La Higuera a Conclusión.

El objetivo de la organización es brindar atención médica integral a niños de comunidades vulnerables, especialmente las rurales y aisladas, generando espacios que favorezcan la salud integral de la población, y a la vez potenciando la autonomía económica de las comunidades. O sea, salud, pero también educación, son sus pilares fundamentales.

“El sueño era hacer un hospital en el medio de la nada. Pero con el tiempo nos dimos cuenta de que por más que hagas un hospital o un centro de salud muy lindo, no alcanza si no están las necesidades básicas satisfechas”, manifiesta Farruggia.

“Por más que hagas un hospital o un centro de salud muy lindo, no alcanza si no están las necesidades básicas satisfechas”

La Organización No Gubernamental realiza un trabajo de asistencia, que tiene que ver con lo médico, pero también con lo social y educativo. Llegan a comunidades totalmente aisladas, donde no hay asistencia del Estado. Pero siempre trabajaron con la premisa de estar en el lugar, por eso se encuentran instalados en el Impenetrable chaqueño. Desde hace cinco años la ONG posee un espacio de 30 hectáreas en Las Hacheras, una comunidad de 200 familias a 50 kilómetros de Miraflores en la provincia de Chaco. Desde allí acuden a La Gringa, El Maulle y El Milagro, entre otros parajes.

En la Casa de la Pediatría Rural permanecen dos promotores de salud de la agrupación todo el tiempo, y una vez por mes viajan entre quince y veinte personas desde Rosario para permanecer dos semanas en la zona.

Los profesionales realizan el seguimiento de familias en riesgo, desarrollo del niño, niños en riesgo nutricional, riesgo social y abordaje de la enfermedad de Chagas. Trabajan en el seguimiento de familias y registran más de 2.000 historias clínicas. Todo «en un área donde no hay médicos», dice Farruggia. 

Los pobladores de la zona no cuentan con acceso a la salud. «Es una situación socio- sanitaria muy complicada». Faruggia pinta un panorama desolador: «Gente empobrecida, sin acceso al agua de consumo humano, lo que provoca inanición, en muchos casos enfermos de Chagas, con amplitudes térmicas terribles. La mayoría de la gente vive de sus pequeñas chacras que son para su consumo. Algunos tienen planes sociales».

Sin embargo, el referente de La Higuera, también menciona algunos objetivos alcanzados, ya que se consiguió el material tecnológico para enviar estudios a los hospitales de mayor complejidad.

Educación para avanzar

En la Casa de la Pediatría Rural este año se comenzaron a realizar pequeños emprendimientos productivos, donde desarrollan actividades de apicultura, talleres de prevención y promoción de la salud. El objetivo, cuenta Farruggia, es «construir una escuela de aquí a unos años que brinde una educación complementaria al sistema tradicional y posibilite a los habitantes del lugar obtener conocimientos que cubran las necesidades específicas de la zona».

En estas comunidades la deserción escolar es uno de los grandes problemas de la zona. «Si bien algunos terminan la secundaria no les sirve para nada. Excepto si van a continuar con sus estudios, que prácticamente no se da en ningún caso. Por eso estamos intentando hacer una escuela que tenga que ver con las necesidades del lugar, como apicultura, ganadería, mecánica, para trabajar en el campo y darle calidad al trabajo de allí. La educación tradicional no cubre las necesidades de la zona», proyecta el referente de la ONG.

«Es un modelo de salud desde la producción. En lugares donde no hay comida, o si hay es de mala calidad, la salud se plantea a través de la producción. Si no tenes agua o alimentos con vitaminas no podés progresar. Así que tratamos de cortar ese modelo», explica Faruggia.

El Chagas es uno de los principales problemas sanitarios de la región y la endemia más importante de Argentina, con 2 millones de enfermos. Y en el mundo se estima que son infectadas por la enfermedad de Chagas entre 15 y 17 millones de personas cada año, de las cuales mueren unas 50.000.

Al respecto, La Higuera posee una visión más integral de la medicina, ya que considera que la enfermedad es uno de los problemas de estas comunidades, pero no el más significativo. “Comenzamos atendiendo el Mal de Chagas, pero después nos dimos cuenta de que alrededor de los otros problemas, es una gripe. El Chagas es un gran problema, pero no es lo central, los mayores inconvenientes son los sociales, la escasez de agua, la falta de autonomía de las comunidades, la deserción escolar, el machismo y la violencia hacia la mujer. Entonces fuimos cambiando la visión de la salud», cierra el fundador de La Higuera.

«Comenzamos atendiendo el Mal de Chagas, pero después nos dimos cuenta de que alrededor de los otros problemas, es una gripe»

La Higuera tomó trascendencia mundial cuando en 2013 la cadena Al Jazeera English emitió un documental sobre el Mal de Chagas, donde abordaron el trabajo de la organización en Chaco.

Según cuenta Farruggia, el canal qatarí «quería hacer un informe sobre la enfermedad que no tenga un sesgo partidario, así que se contactaron y lo fueron a hacer allí. Fue un poco un reconocimiento a nuestro trabajo». La problemática tomó tal difusión que el propio Lionel Messi grabó un spot con el fin de darle mayor visibilidad a este mal.

Así como Messi, fueron varios las personalidades que se sumaron a la campaña, entre ellos, Ismael Serrano y Luis Brandoni, como también Juan Carlos Balietto, que acompañó a la organización desde sus inicios.

Otro reconocimiento significó el premio Abanderados de la Argentina Solidaria 2011, otorgado a Gustavo Farruggia por su esfuerzo y dedicación en la asistencia sanitaria.

Si bien, la ONG no cuenta con aportes estatales, el proyecto se encuentra avalado por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Por otra parte, reciben el apoyo de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Rosario. «Es uno de los pocos casos en que se reconoce en la ciudad a una organización que trabaja en otra provincia», dice Farruggia.

Por otro lado, La Higuera posee en Rosario el Centro Don Laureano (que obtiene su nombre de Laureano Maradona, inspirador de la ONG), también reconocido por la Facultad de Medicina, donde se dictan capacitaciones y cursos de posgrado en Pediatría Rural.