La rana punteada (Hypsiboas punctatus) es un anfibio arbóreo que vive en los bosques tropicales de América del Sur. Su principal característica hasta ahora era el punteo sobre una piel casi translúcida que va del amarillo al rojizo. Pero un grupo de investigadores argentinos y brasileños descubrieron algo que la hace aún más especial: es fluorescente y creen que usan estos pulsos de luz para comunicarse.

La fluorescencia es un fenómeno físico por el que un cuerpo que recibe luz a una determinada longitud de onda, la devuelve a otra longitud de onda mayor. En la naturaleza hay peces, tortugas, escorpiones y hasta loros fluorescentes. Pero este sería el primer caso detectado entre las más de 7.600 especies de anfibios. La H. punctatus absorbe luz en la franja ultravioleta del espectro electromagnético y la emite en la región azul a verde.

Aunque la fluorescencia en otros animales cumple variadas funciones, en las ranas aún está por determinar. Sin embargo, los investigadores creen que les ayuda a desenvolverse durante la noche, comunicarse y, quizá, encontrar pareja.

La bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, Maria Gabriela Lagorio, explica: «Las especies de anfibios tienen fotorreceptores en sus ojos optimizados para la visión en azul y en verde. Así que estos componentes deben realzar el resplandor de estas ranas en condiciones crepusculares».

Lo siguiente que hicieron los investigadores fue medir la intensidad de la luz extra emitida por las ranas. «Nuestros cálculos muestran que la fluorescencia aporta desde el 18,5% de la luz en las noches de luna llena hasta el 29,6% durante el crepúsculo», escriben los autores del estudio.