Por Fabrizio Turturici

El escritor y filósofo argentino-israelí Gustavo Perednik, amigo personal del fiscal fallecido Alberto Nisman y autor de quince libros, varios de ellos traducidos y premiados, ofreció una entrevista exclusiva a Conclusión desde Israel en la que habló de todo: la muerte del fiscal, su denuncia, el atentado a la Amia y el tablero geopolítico del mundo.

“Está demostrado que a Nisman lo asesinaron”, aseguró Perednik, quien luego arremetió contra “la pata kirchnerista que sigue incrustada en el Poder Judicial y que trabaja día y noche para que nunca se sepa la verdad, para que Cristina no vaya presa”.

Sobre la denuncia que Nisman hizo antes de morir, el escritor argentino-israelí consideró que “como es imposible refutarla con argumentos racionales, sólo les queda descalificar a Alberto. El juez (Daniel) Rafecas no desmiente las pruebas; se limita a obviarlas y aduce que no puede procederse a analizarlas”, expresó –con un dejo de indignación- a este diario.

—¿En qué consiste la denuncia que efectuó Nisman antes de morir? ¿A quién apunta?

—La denuncia muestra que Cristina Fernández, Héctor Timerman, Luis D’Elía, Andrés Larroque y Fernando Esteche conformaron un banda delictiva para vender la Justicia argentina a los ayatolás iraníes, y así limpiarlos de los cargos por haber cometido los peores atentados que sufriera la Argentina en su historia.

—¿Se trata de una denuncia categórica desde el punto de vista jurídico? Es decir, si posee argumentos, ¿por qué la siguen desestimando?

—La denuncia está documentada y fundamentada en la incriminación de Nisman, de 289 páginas que poca gente se toma el trabajo de leer. Como es imposible refutarlo con argumentos racionales, sólo les queda descalificar a Alberto. No la desestiman, es peor que ello. Lo que el juez (Daniel) Rafecas ha determinado es que no se puede investigar. No desmiente las pruebas; se limita a obviarlas y aduce que no puede procederse a analizarlas.

—Hace poco, la Cámara Federal rechazó reabrir la investigación por la denuncia del fiscal. ¿Qué piensa sobre esto?

—Es un golpe duro, pero la batalla continúa. Son parte de los kirchneristas que siguen incrustados en el Poder Judicial argentino, encabezados por Gils Carbó, y que harán todo lo posible por defender a Cristina para que no vaya presa. Son la quinta columna en la Justicia argentina, que trabaja día y noche para que nunca se sepa la verdad.

—¿A Nisman lo asesinaron? En este caso, ¿por qué y quién fue el autor intelectual? Por otro lado, usted lo conocía: ¿puede afirmar que el fiscal, por su personalidad, jamás se suicidaría?

—Está demostrado que a Nisman lo asesinaron. Sus enemigos fueron los autores intelectuales: los agentes de Irán y sus socios en la Argentina. Todo el que conoció a Alberto sabe que era “el anti-suicidio”: lleno de vida y dinamismo, y convencido de que estaba cumpliendo con la misión de su vida. Es absurdo suponer que un día antes de presentar pruebas que tanto le había costado conseguir, un día antes de cosechar los frutos de sus esfuerzos, así, sin ningún indicio, se pegaría un tiro.

—¿Quién atentó contra la Amia y cuál fue su conexión en Argentina? ¿Cómo se llevó a cabo el encubrimiento?

—Todo esto lo relato con detalles en mi libro “Matar sin que se note”, el único sobre la vida de Alberto. El Estado terrorista de Irán perpetró el atentado por medio de la banda islamista Hizbulá. La conexión en la Argentina es un factor menor: aquellos locales que ayudaron en el atentado. Su cabeza era Mohsen Rabbani, también iraní. Muchos factores intervinieron para que no se supiera la identidad de los terroristas, a los efectos de no enojar nuevamente a los ayatolás (para que no cometieran lo que se llamaba “el tercer atentado”) y no perderlos como clientes.

—En tanto, sobre geopolítica: ¿cree que el radicalismo islámico está en retirada? ¿Cómo influiría en Medio Oriente un triunfo de Trump o Clinton?

—Sí, está en retirada. Pero da tres pasos atrás y uno adelante. Y para vencerlo hace falta mucha deliberación y coraje, lo que no sobra entre los líderes de Occidente. Obama llevó al extremo esa debilidad, al evitar siquiera mencionar que los terroristas son musulmanes, a fin de no herir la sensibilidad del Islam. Si uno no puede siquiera definir a su enemigo, difícilmente podrá vencerlo. En ese terreno, Trump se perfila como mucho más decidido a vencer.

perednik-nisman

Foto principal: gentileza de Infobae