El embajador ruso en Turquía, Andrey Karlov, fue asesinado hoy en una exhibición en Ankara por un policía turco vestido de saco y corbata que le disparó varios tiros por la espalda ante aterrados espectadores, antes de gritar consignas islamistas sobre la guerra en Siria, informaron autoridades y medios locales.

El atacante, al que el gobierno turco identificó como un policía antidisturbios de 22 años, fue muerto por agentes de seguridad, informó la agencia de noticias estatal turca Anatolia. Un diario difundió una foto del agresor acribillado a balazos, ensangrentado y tirado sobre el piso.

Karlov, de 62 años, había empezado a dar un discurso en la exposición fotográfica, que estaba auspiciada por la embajada, cuando el atacante apareció por detrás y le efectuó al menos ocho disparos, según informaron varios medios turcos presentes en el lugar.

«No se olviden de Alepo. Esto es una venganza por Siria y Alepo», gritó en turco luego el agresor, en referencia a la norteña ciudad siria donde una campaña de bombardeos rusos ayudó al Ejército sirio a expulsar a rebeldes islamistas vinculados a Turquía.

«Alá es el más grande», gritó también el atacante, y continuó en árabe: «Somos los descendientes de aquellos que apoyaron al profeta Mahoma, para la guerra santa islámica», informó el diario turco Hurriyet.

El joven se acercó a Karlov mientras yacía en el suelo y le disparó otro tiro a corta distancia. Luego destruyó varias de las fotos enmarcadas que se exhibían en las paredes del lugar. La gente corría despavorida en busca de refugio, informó NTV, que dijo que otras tres personas resultaron heridas.

Luego de hacer los disparos, el hombre subió al segundo piso del mismo edificio y se enfrentó a tiros con la policía durante 15 minutos, antes de ser muerto por los agentes.

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Turquía reveló la identidad del asesino

El ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, identificó al atacante como Mevlut Mert Altintas, quien era policía antidisturbios desde hacía dos años y medio. El hombre había nacido en 1994 en la ciudad de Soke, provincia de Aidin, en el oeste del país, agregó el ministro.

El ataque ocurrió en la víspera de una reunión en Moscú entre los cancilleres de Rusia, Irán y Turquía, las tres potencias que mantienen tensas negociaciones desde hace semanas para garantizar y coordinar la intermitente evacuación de decenas de miles de civiles y combatientes rebeldes sirios en Alepo.

La evacuación fue fruto de un acuerdo entre Rusia, Turquía, Irán e insurgentes que controlaban la mitad este de Alepo desde 2012. Los rebeldes, apoyados por Turquía, aceptaron el acuerdo al verse vencidos y acorralados por una vasta ofensiva de Siria, Rusia e Irán, tras casi cinco años de enfrentamientos.

Las relaciones entre Rusia y Turquía se deterioraron notablemente por el derribo de un avión de guerra ruso en la frontera con Siria en noviembre de 2015, pero una disculpa de Ankara ayudó a superar el trance este año. Los presidentes turco y ruso, Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin, se han reunido en varias ocasiones en los últimos meses y hablan por teléfono con frecuencia.

Turquía ha sido blanco este año de decenas de atentados, algunos de ellos atribuidos al grupos islamista radical Estado Islámico (EI), al cual ataca en la vecina Siria. El 10 de diciembre, un grupo separatista kurdo cometió un doble ataque suicida que dejó 44 muertos en Estambul, en su mayoría policías.

El ataque ocurrió en la víspera de una reunión en Moscú entre los cancilleres de Rusia, Irán y Turquía, las tres potencias que mantienen tensas negociaciones desde hace semanas para garantizar y coordinar la intermitente evacuación de decenas de miles de civiles y combatientes rebeldes sirios en Alepo.

La evacuación fue fruto de un acuerdo entre Rusia, Turquía, Irán e insurgentes que controlaban la mitad este de Alepo desde 2012. Los rebeldes, apoyados por Turquía, aceptaron el acuerdo al verse vencidos y acorralados por una vasta ofensiva de Siria, Rusia e Irán, tras casi cinco años de enfrentamientos.

Turquía ha sido blanco este año de decenas de ataques y atentados, algunos de ellos atribuidos al grupo islamista radical Estado Islámico (EI), al cual ataca en la vecina Siria. Rusia es un aliado incondicional del gobierno sirio del presidente Bashar al Assad y también bombardea el EI junto al Ejército sirio desde hace más de un año. Turquía es un socio no declarado de varios grupos armados rebeldes sirios y hace unos meses invadió con tanques y soldados el norte del país vecino para unirse abiertamente a la guerra.