Por Osvaldo La Spina

La palabra seguridad es hoy quizás una de las que más se repiten en cada ámbito. Y para analizar la situación que se vive en Rosario y en la provincia en dicha materia, Conclusión dialogó con el secretario de Seguridad Comunitaria de Santa Fe, Ángel Florindo Ruani, quien se prestó a un diálogo abierto y en un mano a mano habló de todo.

«El tiroteo de la semana pasada en las inmediaciones de la canchita de Defensores de América, en la zona norte de la ciudad, en Washington y Casiano Casas, fue producto del enfrentamiento de dos bandas por una cuestión de negocios de ventas de droga», expresó Ruani en relación a un hecho que sacudió a la ciudadanía porque dos niños fueron heridos de bala.

En uno de los mensajes expresados por el papa Francisco referidos al flagelo que azota a todo el mundo debido al tráfico de estupefacientes, el secretario de Seguridad Comunitaria dijo: «Ojalá que Argentina y los países limítrofes no se mexicanicen y no lleguen a ese dolor extremo de criminalidad por la disputa en la venta de drogas».

En ese sentido, aclaró: «No vamos a llegar a eso. Hoy estamos en la persecución del delito del narcotráfico mucho mejor que cuatro años atrás. Esto no quiere decir que se terminó porque sigue habiendo gente que consume».

El último informe sobre narcotráfico lo hizo la secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), y resalta que el nivel de consumo podría llegar a los tres millones de personas. De ese número hay que tener en cuenta que el 1,5 por ciento pueden llegar a ser adictos, consumidores diarios con riesgo de vida.

«Si yo hago ese parangón, en Santa Fe habría trescientos mil consumidores. No hay ninguna comuna de la provincia y del país en la que no se consuma droga, existe un mercado», afirmó Ruani.

«Cuando venía a Rosario el secretario de Seguridad Sergio Berni decía que no podía tolerar que en Rosario existieran lugares de ventas y la gente haciendo cola para comprar, pero en Caballito había cien lugares de ventas pero nadie sabía dónde estaban. Entonces multiplicá cuántos Caballitos existen Capital Federal», agregó el funcionario provincial.

Con relación a otros años «estamos mejor que en 2012», resaltó Ruani, «pero no quiere decir que no se produzcan estos enfrentamientos que puede ser por problemas de droga o por robos de motos, por problemas de dinero o deudas de los mismos negocios».

«En todos los territorios del país existen robos de autos, entraderas, tráfico de armas, y Trata. Se disputan un mercado y todos están vinculados unos con otros. Se manejan armas, identidades falsas, hay corrupción en toda la policía del mundo y corrupción judicial», aclaró el secretario de Seguridad.

—Ante esa realidad, ¿se podrá alguna vez interceptar antes de que llegue al consumidor cualquiera de estos mercados que usted destaca?

—Sí. En la frontera la cocaína no la produce Santa Fe ni la siembra, acá viene como pasta base de Bolivia y Perú y la marihuana viene de Paraguay y baja por el río Paraná. Acá no hay una política nacional. Recuerdo que fui dos veces a hablar con Nilda Garré (NdR: ex ministra de Defensa de Cristina Kirchner). Habían prometido poner veinte radares y pusieron únicamente ocho. Si no cubrís el espacio aéreo, no tenemos potestad jurisdiccional constitucional para cubrir el espacio aéreo, ni de mi provincia. ¿Y el río, de quién es jurisdicción?.

—¿Se lo plantean al Gobierno nacional?

—Se lo planteamos. Y es la primera vez que escucho que hay que empezar a coordinar tareas de investigación con el narcotráfico en forma conjunta cuando estuvo hace poco en esta Gobernación la ministra Patricia Bullrich.

—¿Que ocurre con esos delitos criminales como las muertes de los taxistas y el del policía Mansilla?

—El delincuente estaba con un homicidio anterior y estaba prófugo por eso entiendo que hay un fracaso de la ejecución penal. Las leyes están y hay que hacerlas cumplir. Si un homicidio tiene de ocho a 25 años, el que mata no tiene que tener menos de ocho años de condena. Albertengo (NdR: quien mató al policía Mansilla) había sido un homicida y estuvo cuatro años detenido, menos que el mínimo que exige la ley. Entonces a la ley no hay que reformularla, sino hacerla cumplir.