La integrante de Abuelas de Plaza de Mayo, María Assof de Domínguez, quien recientemente recuperó a su nieta apropiada por la dictadura cívico militar, reconoció hoy que deberá «tener paciencia para abrazarla» a la joven número 117 restituida por la organización, porque «no se puede apurar el proceso» que la acerque a su familia biológica tras conocer su verdadera identidad.

Domínguez, titular de la filial Mendoza del organismo de derechos humanos, es madre de Walter Hernán, militante del Partido Comunista Marxista Leninista, quien junto a su esposa Gladys Cristina Castro, embarazada de seis meses, fueron secuestrados el 9 de diciembre de 1977.

«Estamos muy emocionados y sorprendidos porque todo se dio de golpe», dijo al relatar que después de 37 años de búsqueda, el pasado jueves recibió el llamado de Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, para darle la noticia de la restitución de identidad de su nieta.

En diálogo con radio América explicó que el conocimiento de la verdadera identidad «es una situación muy complicada» y que por ello deberá tener «paciencia» y esperar el momento del encuentro familiar.

Antes, por FM Vorterix, relató que desde «el primer día» del secuestro, comenzó la búsqueda de su hijo y su nuera, primero en la ciudad de Godoy Cruz y luego en Buenos Aires, pero los resultados siempre fueron negativos.

«Desde ese día que presentamos hábeas corpus empezó la lucha, pero nunca supimos dónde estuvieron, aunque en Mendoza hubo varios centros clandestinos de detención durante la dictadura», afirmó Domínguez.

Ayer, las Abuelas de Plaza de Mayo dieron a conocer la noticia del hallazgo de la nieta 117 y precisaron que en julio pasado la joven de 37 años se realizó el estudio de ADN en forma voluntaria, a instancias de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), y que el jueves los análisis genéticos confirmaron su identidad.

En Mendoza celebraron la restitución de la nieta 117

Organismos de derechos humanos celebraron hoy en Mendoza la restitución de la identidad de la nieta 117 junto a sus abuelas, María Assof de Domínguez y Angelina Catterino, en la explanada de los Tribunales Federales en la capital provincial.

“Comienza una nueva historia para todos nosotros, en especial para ella y lo importante es esperar el momento adecuado para el reencuentro”, dijo María en la escalinata de los Tribunales, donde se está desarrollando el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Mendoza durante la última dictadura.

La referente de Madres en Mendoza sostuvo además que, “si no se hubiera iniciado el proceso de juicio de los asesinos, esto no hubiera pasado” y recordó el compromiso de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner con el juzgamiento a los represores, antes protegidos por leyes de impunidad.

«Tomo todo esto con mucha alegría, emocionada, he llorado como loca”, dijo a su vez Angelina Catterino, agregó que lo vive como «un milagro» y también con «ansiedad por saber a quién se parece, mirarle todos los rasgos a ver si se parece a las abuelas por parte del padre o de la madre”.

La concentración en las escalinatas de los Tribunales fue organizada por la Comisión Hermanos de la agrupación H.I.J.O.S, para celebrar la restitución de la hija de Walter y Gladys, militantes del Partido Comunista Marxista Leninista secuestrados el 9 de diciembre de 1977 en el departamento mendocino de Godoy Cruz.

“Es una emoción muy grande saber que María y Angelina encontraron a su nieta y que tiene a sus dos abuelas vivas”, dijo a Télam Celeste Seydell, de H.I.J.O.S Mendoza, en el acto del que participaron integrantes de organismos de derechos humanos, familiares y víctimas de la última dictadura.

Sobre otros hijos de desaparecidos que fueron apropiados en Mendoza, Seydell explicó que “hasta aparecer esta nieta los casos eran seis, ahora son cinco, felizmente” y recordó que en esta provincia cuyana también fue recuperada en el 2007 Celina Manrique, la nieta 87.

«Esta nueva nieta recuperada nació en cautiverio, a diferencia de Celina que tenía ocho meses de vida” cuando en julio de 1977 fueron secuestrados sus padres Laura Terrera y Alfredo Manrique, que siguen desaparecidos, y ella fue apropiada, explicó.

Con el caso de la hija de Walter y Gladys, “ahora sabemos que en Mendoza hubo un sistema de apropiación y eso es de suma importancia para seguir investigando”, expresó.