MIéRCOLES, 27 DE NOV

Macri mandó un emisario a EE.UU. para conocer los planes de Trump con Venezuela

El secretario de Asuntos Estratégicos argentino, Fulvio Pompeo, viajó a Washington para una serie de reuniones con funcionarios estadounidenses y también de la OEA.

Foto Gentileza Adriana Groisman/Clarín

Con el objetivo de conocer los planes de la Casa Blanca respecto a la situación en Venezuela, el presidente Mauricio Macri envió al secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, a Washington para mantener una serie de reuniones con autoridades del Gobierno estadounidense, así como también de la OEA.

El líder del PRO es uno de los principales críticos del cuestionado mandatario venezolano, Nicolás Maduro, y desde sus tiempos en la Jefatura de Gobierno arremetió contra las autoridades del país caribeños.

A partir de la llegada a la Casa Rosada, el jefe de Estado ratificó y redobló esa postura, incluso llevando el tema a las cumbres del G20, además de otros foros internacionales.

En ese marco, Pompeo realizó una suerte de viaje exprés a Washington el pasado viernes para saber qué estrategias tiene en mente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, frente a la complicada situación política de Venezuela, que actualmente debate su poder entre Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.

Durante las escasas horas, el secretario de Asuntos Estratégicos mantuvo un encuentro con el director principal de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone.

El asesor de Trump explicó la postura de la Casa Blanca y manifestó que no descartan profundizar las sanciones contra Venezuela, que podrían alcanzar al sector del petróleo, el oro y casi cualquier intercambio comercial: sólo se aceptarán aquellas transacciones que tengan el visto bueno de Guaidó y la Asamblea Nacional.

«Maduro es un estorbo hacia la democracia en Venezuela», había manifestado Claver-Carone días atrás.

Más tarde, Pompeo se reunió con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, que también cuestiona al régimen chavista.

En ese encuentro también estuvieron presentes la embajadora argentina ante la OEA, Paula Bertol; el asesor de Asuntos Institucionales del organismo, Gustavo Cinosi; y el jefe de Asuntos Políticos de la Embajada en Estados Unidos, Gerardo Díaz Bartolomé.

«Me reuní con el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, la embajadora Paula Bertol y Gerardo Díaz Bartolomé para tratar los principales temas de la región y de cooperación de OEA y la Argentina», manifestó el ex canciller de Uruguay a través de su cuenta de Twitter.

Como cierre de su breve pero agitado viaje, el funcionario nacional también mantuvo sendos diálogos con el secretario adjunto del Pentágono para Asuntos de Latinoamérica, Sergio de la Peña, y la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Kimberly Breier.

En todos esos encuentros, el enviado de Macri reiteró la postura de la Casa Rosada respecto a la crisis política y humanitaria en Venezuela: Maduro debe renunciar y un Gobierno de transición debe llamar a elecciones transparentes y democráticas.

Reclamo argentino en la ONU

En tanto, este sábado, en el marco de la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocada por los Estados Unidos para tratar la crisis política y humanitaria en Venezuela, el embajador argentino ante el organismo, Martín García Moritán, ratificó la decisión del Gobierno de reconocer al titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como «presidente encargado de Venezuela».

«En estos días, varios actores internacionales han vuelto a proponer iniciativas de diálogo para superar esta crisis. La Argentina siempre apuesta al diálogo, pero para ser conducente, el diálogo requiere la buena fe de las partes involucradas. En tal sentido, la Argentina se permite recordar que el proceso de diálogo de Santo Domingo fracasó debido a la falta de real disposición para dialogar de parte Maduro», se quejó el diplomático.

En ese sentido, advirtió «acerca del riesgo de que iniciativas de diálogo propiciadas de buena fe por los actores internacionales puedan ser manipuladas por el régimen de Maduro, transformándolas en maniobras dilatorias».

Y concluyó: «Naciones Unidas y sus estados miembros deben brindar su apoyo para facilitar una transición pacífica tendiente a la celebración de elecciones libres, democráticas, y transparentes, y a la mayor brevedad posible. Ese es el único camino posible para encauzar la grave crisis política, económica y humanitaria que azota a Venezuela desde hace ya demasiado tiempo».

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