Tras una semana de gran tensión, la CGT y el Gobierno de Mauricio Macri apostarán a dejar correr los días para apaciguar los ánimos, por lo cual no habría una reunión entre ambas partes en el corto plazo, aunque los contactos telefónicos seguirán a la orden del día.

Luego de la marcha del martes de la central obrera a Plaza de Mayo que Macri replicó con la expulsión de sus dos funcionarios más cercanos a la central obrera, la relación se tensionó como pocas veces, con lo cual el dirigente moyanista del triunvirato de la central, Juan Carlos Schmid, dio un paso para tratar de descomprimir y recomendó a la Casa Rosada retomar el diálogo.

En el oficialismo no descartan una reunión pero indicaron que por el momento el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, no tiene pensado convocar a una mesa de negociación a los popes sindicales.

«Seguimos el diálogo con todos pero no hay ninguna reunión pactada», informaron a NA voceros de la cartera laboral sobre un hipotético encuentro entre Triaca y la conducción cegetista.

Por su parte, fuentes cercanas a Schmid dijeron a NA que la central obrera esperará a que «baje la espuma» del enfrentamiento con Macri, por lo cual también consideraron poco probable que haya dentro de pocos días una reunión con Triaca.

En el medio, el Gobierno también reaccionó ante la marcha de la CGT suspendiendo una reunión que el miércoles iban a mantener funcionarios del Ministerio de Salud con representantes de la central para poner en marcha el plan universal de salud, la cual sigue sin nueva fecha.

A su vez, la Casa Rosada sigue de cerca la dura interna que divide a la CGT entre sectores más «dialoguistas» (gordos e independientes), con los que apuesta a seguir tendiendo puentes, y los sectores más duros (moyanistas y aliados al kirchnerismo), con los que aún es un interrogante cómo el Gobierno seguirá cultivando la relación, es decir si los enfrentará o negociará.

Pablo Moyano

El secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, expresó este sábado su deseo de que «haya una reacción de los trabajadores» en las urnas, ya que es «la única manera de derrotar al Gobierno».

El referente sindical se quejó de que el presidente Mauricio Macri «desprecia a los trabajadores» y consideró que confrontar con los sindicatos «puede ser una estrategia del Gobierno» en el marco de la campaña, aunque aclaró que «no asustan» las advertencias de los funcionarios nacionales.

«La única manera de derrotar al Gobierno es en las urnas. Ojalá que haya una reacción de los trabajadores que la estén pasando mal y el 22 de octubre el Gobierno vea que hay una gran parte de argentinos que no comparten este modelo económico», sostuvo el secretario gremial de la CGT.

En diálogo con Radio Cooperativa, el hijo del histórico dirigente obrero Hugo Moyano reclamó que el líder del PRO «tuviera un poquito de humildad y vea el descontento que hay en la sociedad por esta política que sólo beneficia a un solo sector».

«Lamentablemente, si bien nos quejamos de la soberbia del Gobierno anterior, ellos son prácticamente igual: desoír, deslegitimar una marcha tan importante diciendo que no sirven las movilizaciones», agregó.

En alusión a la confrontación instalada en esta semana tras la marcha que realizó el pasado martes la Confederación General del Trabajo (CGT) a Plaza de Mayo, Moyano manifestó: «¿Qué es castigar? ¿Nos va a meter presos? ¿Va a cerrar los sindicatos, los va a llenar de inspecciones? Que lo haga, que no amenace. Ojalá que esa misma soberbia que tiene con los dirigentes sindicales la tengan con los empresarios».

Por otra parte, al ser consultado sobre las internas dentro de la central obrera, el dirigente camionero señaló que «históricamente la CGT estuvo dividida».