Los pronósticos relativos al futuro económico del país dejan cada vez menos lugar para el optimismo. A las estimaciones más pesimistas de las cabezas económicas del gobierno ahora se suman algunas proyecciones de bancos privados, como el Citi, que divisan una recesión más larga y profunda de lo esperado, así como una inflación que podría alcanzar el 50%.

Un informe del área de investigación del banco Citi, divulgado esta semana entre sus principales clientes, estima que hay una cierta «subestimación» respecto del consenso recientemente publicado por el Banco Central (BCRA) en su periódico Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).

Por el traslado a precios de la última y fuerte devaluación, el documento traza un escenario con inflación a diciembre de 48,5% (en el primer trimestre del 2019 la interanual rozará el 50%).

Además afirma que en el 2019 habrá un descenso de 1,5% en el PBI, con lo que el panorama sería de dos años seguidos de caída en la actividad (recesión).

Así, el Citi prevé que el año termine con una caída del PBI del 3,2% en el último trimestre y de un durísimo 5,6% para los primeros tres meses de 2019.

Estas cifras son peores que las que reconoció este martes el Gobierno a los gobernadores (inflación de 42% para este año y actividad en 0% para el que viene), que no eran proyecciones oficiales pero debió admitirlas ante el reclamo de los mandatarios ya que se había filtrado un documento interno de Hacienda que había dejado expuestos esos números, incluso generando rispideces hacia adentro del equipo económico, puntualmente entre Caputo y Dujovne.

También son números bastante peores que los que esperan los analistas privados consultados por el REM de agosto (estiman crecimiento de 0,5% para el 2019 e inflación de 40,5% para el 2018).

Respecto a estas diferencias de apreciación, el dossier del Citi, firmado por Fernando Jorge Díaz, consideró: «Somos conscientes que nuestro pronóstico difiere. En términos de actividad, el consenso ve 2018 y 2019 con -1,9% y 0,5% respectivamente. El hecho de que nosotros veamos mayor crecimiento este año y menor el año próximo puede parecer extraño. Sin embargo, creemos que el consenso está subestimando el crecimiento en el tercer trimestre, ya que puede no estar incorporando plenamente el rebote de la producción agrícola y, por ende, el crecimiento de este año en su conjunto».

«El consenso espera una pequeña caída en el último trimestre, lo que sugiere que la economía debería estar próxima a estabilizarse en ese trimestre. Nosotros pensamos que, a la luz de los hechos recientes, la actividad no se estabilizará hasta comienzos de 2019 y esto reduce el arrastre estadístico para el año que viene, lo que explica nuestro menor pronóstico para 2019».

Las dos premisas del informe refieren que el país afronta dos problemas de base: un freno abrupto de la actividad («sudden stop»), en relación al freno del flujo de capitales hacia el mercado local, así como la ausencia de un «ancla nominal» que regule las expectativas inflacionarias y otorgue algo de previsibilidad a una economía regada por la incertidumbre, afectando el tipo de cambio.

«Respecto de la inflación, creemos que consenso no ha incorporado del todo la reciente depreciación de peso argentino. Con la inflación de agosto en el 4% mensual, en línea con los indicadores de alta frecuencia, el 40,3% del consenso para 2018 asume básicamente que la inflación de los últimos 4 meses del año se comporta parecido a los que fue en los primeros 8 meses. Esto es algo optimista, en nuestra opinión», aclara el reporte.