Un adulto mayor que reside en la Ciudad de Buenos Aires necesitó al iniciar el mes de abril $202.064 para cubrir la Canasta Básica Total (CBT) y no caer en la pobreza. La cifra está muy por encima de la jubilación mínima, que en el cuarto mes del año alcanzó los $73.665, o de la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM), que fue de $46.932.
La variación de la Canasta de los Mayores fue informada por la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, que realiza un estudio de costos de forma semestral, desde hace trece años.
Al 1 de abril de este año, el rubro que más gastos absorbió fue la vivienda, que implicó un gasto de $59.000; seguidamente se ubicaron los alimentos ($41.233); los medicamentos ($24.774); los artículos de limpieza ($16.961); los servicios ($13.680); las actividades de recreación ($13.300); la vestimenta ($12.000); el transporte ($10.900); y los insumos de farmacia ($10.216).
Fuente: Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires.
Cabe destacar que el rubro medicación contempla una variedad de medicamentos de diferentes patologías, y considera el descuento que se realiza en farmacias según la obra social del jubilado, que oscilan entre 40 y 80%.
A modo comparativo, en mayo de 2010 un adulto mayor que reside en la Ciudad de Buenos Aires necesitaba $2.053 para no caer en la pobreza, mientras que la cifra ascendió a $97.238 en abril de 2022, y a $151.478 en octubre del año pasado. De estos números se desprende que en los últimos doce meses la CBT para una persona de la tercera edad subió más del 100%.
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“Los nuevos datos de la Canasta Básica de los Jubilados ratifican la situación de precariedad y miseria en la que se hunde cada vez más el sector. Una canasta básica de $202.064 en un contexto en el que cuatro millones y medio de jubilados cobran una mínima de $58.665 más un bono de $15.000, mientras que la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM) es de $ 46932. Hacen falta casi tres jubilaciones mínimas para cubrir una canasta básica”, advirtió el informe, que lleva la firma del Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Semino.
“El intento de mitigar el problema mediante el anuncio de bonos que son como monedas arrojadas a un pueblo hambriento no solamente son inútiles sino también contraproducentes. Son parches que resaltan el agujero que quieren ocultar”, concluyó el estudio.
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Un adulto mayor que vive en Capital Federal necesitó más de $200.000 para no ser pobre by Conclusión TV on Scribd
