Dentro de estas especulaciones y amenazas, por ejemplo, se encuentra una nueva fuga de capitales que se sumaría a la gigantesca ya gestada durante el gobierno de Mauricio Macri, para tratar de mantener controlado a Fernández y forzar a una negociación, donde se podría incluír un recorte de la deuda, siempre que el presidente siga las órdenes del mercado y el Fondo Monetario Internacional y también las agencias calificadoras formen parte del juego.

En el otro lado del ring, Alberto Fernández tiene en su poder la carta para jugar más radicalmente, como hizo Cristina Kirchner durante su gobierno, pese a que ha asegurado que no va a pedir una reestructuración de la deuda y prefiere extender la maduración de las mismas.

Según informó la agencia Bloomberg a través de declaraciones del ejecutivo del fondo BlackRock, Axel Christensen, los mercados ya han calculado una hipotética reestructuración, aunque la situación del país no favorece de ninguna manera.

En efecto, la deuda externa argentina es de la estratosférica suma de $300 mil millones de dólares, a los que se le suman los $100 mil millones de deuda nueva que pidió Mauricio Macri durante los últimos cuatro años ($57 mil millones para el FMI).

Argentina, además, forma más del 60% de la cartera de préstamos del Fondo Monetario, con lo cual el impago de la misma lo dejaría en una situación delicada.

Macri acordó un programa de pagos que requiere $5,600 millones en el 2020; $21 mil millones en el 2021; $22 mil millones en el 2022; $7,500 millones en el 2023, sin contar los otros pagos programados y los intereses de bonos públicos, entre otros grandes gastos.

Estos números, simplemente, no se pueden pagar. No hay fondos ni recursos disponibles para hacerlo.

Mientras tanto, la nueva titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, felicitó a Alberto Fernández por su triunfo electoral con un tuit en inglés, donde pidió reunirse con el nuevo gobierno para tratar los desafíos económicos del país y “fomentar el crecimiento incluyente y sostenido”. El diario Wall Street Journal, por su parte, especula con que Fernández pueda acudir a Cina antes que al Fondo. ¿Están nerviosos?