Por Clara Catelli*

El proyecto de ley ómnibus removió bases y puntos obsoletos de la discusión sobre el rol del Estado en la sociedad. Pese a la postergación de la sesión, el nuevo proyecto sigue planteando la falsa dicotomía entre propiedad pública o privada de un conjunto de empresas que no sólo son estratégicas para el país, sino que generan ganancias y crecimiento. ¿Los argumentos? Nulos. ¿Las consecuencias? Catastróficas.

El artículo 8° del proyecto de ley incluye una larga lista de empresas “sujetas a privatización” que viajan dentro de este bondi. Si bien en los últimos días se excluyó a YPF de esa lista, no se puede dejar de mencionarla ya que fue una de las primeras presas del discurso y accionar neoliberal. En términos estratégicos, entre 2022 y 2023 YPF vivenció un crecimiento en la producción de hidrocarburos del 11,3% (el mayor de los últimos 25 años). Al mismo tiempo, renunciar a YPF sería renunciar a información estratégica e inversiones en exploración y desarrollo con impacto inmediato en Vaca Muerta y con resultados futuros en Palermo Aike. En términos de ganancias, YPF generó alrededor de 1.000 millones de dólares por trimestre en los primeros tres meses de 2023.

>>Te puede interesar: YPF, Arsat, Banco Nación, empresas del Estado que dan ganancias: ¿por qué privatizarlas?

Una joya de la abuela sobre la que vuelven las oleadas privatizadoras es el Banco de la Nación Argentina (BNA). A pesar de rotularlo como deficitario e ineficiente, los grupos empresarios que cogobiernan con el PRO y La Libertad Avanza no agotan sus esfuerzos para hacerse con este patrimonio. ¿Por qué? El BNA representa alrededor del 20% del sistema financiero argentino y crece con balances positivos por cuatro años consecutivos, con una ganancia –en octubre de 2023- de 667 mil millones de pesos. A su vez, la banca pública que triplicó su patrimonio neto en términos reales desde 2019 a esta parte, cuenta con una serie de empresas satélite del Grupo Nación como Nación Bursátil, Pellegrini S.A, Nación Seguros S.A.

Liquidar el BNA, como lo promueve el proyecto de ley ómnibus, sería una decisión ridícula en términos estratégicos. ¿Qué gobierno no querría contar con una herramienta como ésta que permitió financiar a los productores agropecuarios en la sequía y a las pymes y comercios en momentos tanto de retracción económica como de crecimiento? Una herramienta que permitió la bancarización de un enorme porcentaje de la sociedad argentina ante una emergencia sanitaria y cuya importancia como banca pública es paradójicamente resaltada por el mismo Fondo Monetario Internacional.

Similar es el caso de Aerolíneas Argentinas, que también creció por cuatro años consecutivos: un alza del 34% en ingresos por venta de pasajes y cargas. La aerolínea de bandera conecta 42 rutas federales y llega a 21 destinos de cabotaje a los que ninguna aerolínea llega. ¿Qué firma privada querría llevar adelante la tarea de articular los distintos puntos del país a pesar de que, en algunos casos, las ganancias se reduzcan?

El listado de empresas en el bondi de la privatización sigue:

Tomemos, por ejemplo, el caso de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), que permitió llevar agua potable y desagües cloacales a más de un millón de usuarios en los últimos cuatro años. Recibe transferencias y aportes del Tesoro (que disminuyeron en un 67% entre 2019 y 2022) ante una decisión política de mejorar la calidad de vida de ciudadanos y ciudadanas.

Si de federalizar servicios hablamos, ARSAT –clave para reducir la brecha digital entre grandes ciudades y pequeños poblados– realizó una cobertura de mas de 36.000 kilómetros de fibra óptica en todo el país. Exporta servicios a Estados Unidos, Chile y México.

Energía Argentina permitió transferir capital y ahorrar divisas en la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner. Solo en el segundo semestre de 2023 se ahorraron más de 1400 millones de dólares.

Nucleoeléctrica Argentina (NA.SA) genera energía en las centrales nucleares de Atucha I, Atucha II y Embalse, y colabora en la construcción del primer reactor nuclear modular de potencia que es diseñado y construido en Argentina. Dioxitek produce Dióxido de Uranio, clave para la energía nuclear, y fuentes selladas de Cobalto 60, utilizadas en los sectores alimenticios y de salud. En ambas producciones hace de Argentina uno de los pocos países a nivel mundial que participan en este segmento productivo.

Fuente: CEPA.

Astillero TANDANOR; Fabricaciones Militares Sociedad del Estado; Banco Argentino de Desarrollo (BICE); FAdeA Fábrica Argentina de Aviones “Brig. San Martín” S.A; la sobreviviente Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (cuyo desmantelamiento mostró consecuencias fatales para distintas localidades y sectores productivos del país); Télam y Radio y Televisión Argentina son enclaves fundamentales en la federalización de información y contenidos culturales radiales y audiovisuales, y representan solo un 0,017% del PBI. ¿Qué firma del sector privado querría proveer servicios que dan pérdidas pero que hacen a la inclusión del territorio nacional a derechos básicos? La pregunta se responde por sí sola.

Los interrogantes impuestos por el oficialismo como fundamento para tratar esta ley disfrazan el verdadero objetivo de las privatizaciones. Deshacerse de empresas estratégicas y rentables, así como de empresas que hacen a la integración nacional, tiene un solo fin: abrir la puerta a firmas privadas que venderán derechos como si fuesen beneficios y que dificultarán aún más el ejercicio de la ciudadanía en todos los rincones de nuestro país.

El proyecto que obtuvo dictamen:

Así quedó el dictamen de ma… by Conclusión TV

 

*Integrante del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)