El informe de distribución del ingreso elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) apuntó que la desigualdad se profundizó respecto de la última parte del 2023 y el coeficiente de Gini subió a 0,467: la medición más alta desde el segundo trimestre del 2020, en el cual la pandemia de coronavirus estaba en su apogeo. 

La distribución del ingreso es medida desde diferentes aristas. En primer instancia, el relevamiento informa que “la suma total de ingresos para el total de la población de referencia fue de $6.915.757 millones, lo que significó un incremento de 198,4% en relación con igual trimestre de 2023”, mientras que la media del ingreso para los asalariados fue de $361.445 durante el primer trimestre del 2024.

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Los estratos medios de la población argentina registraron un ingreso promedio de  $202.442, cuando la medición de marzo de la canasta básica total (umbral mínimo para no ser pobre) fue de $250 mil. Otro de los datos que se desprende del informe tiene que ver con el acaparamiento de la riqueza en determinados sectores sociales: el 10% de los hogares que perciben mayores ingresos per cápita familiar concentró el 27% del total del ingreso en el 1° trimestre de 2024, mientras que el decil más pobre concentra el 2,8% de los ingresos generados en el país. En otros números, el sector más rico de la población percibe 15 veces lo que el sector más pobre.  

El coeficiente de Gini, que mide la distribución de los ingresos refleja la mediana entre 0 y 1, siendo el resultado más bajo la mayor aproximación a una situación más equitativa de reparto de la riqueza. En el caso del primer trimestre de 2024, el coeficiente fue de 0,467 mientras que en el mismo trimestre de 2023 el valor fue de 0,446, lo que muestra un importante aumento de la desigualdad en la comparación interanual.

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El último trimestre del año corresponde a una etapa estacional de ingresos con aguinaldo, por lo que la situación, comparativamente hablando, esconde un escenario mucho peor en cuanto a la desigualdad creciente en el país.

Los niveles obtenidos en el coeficiente de Gini son los más altos desde el 2° trimestre del 2020, es decir el periodo entre abril y junio de ese año, temporada en la cual la pandemia de Covid-19 estaba en su más importante ola de contagios y no se tenía una vacuna. En ese entonces, el coeficiente de Gini trepó a 0,451, la misma medida obtenida por el Indec en el 3er trimestre de 2016, momento en donde la devaluación de Mauricio Macri se comenzaba a sentir. Para encontrar un coeficiente similar al del 1° trimestre libertario, es necesario retroceder hasta 2006 (0,464), mientras que la medición más alta de la que se tenga registro es de 0,538 correspondiente al año 2002, luego de la disolución de la convertibilidad.