Por Elisa Soldano

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) eliminó desde el pasado martes las tasas mínimas de interés en los plazos fijos. Esta medida significó un golpe a los pequeños ahorristas argentinos, ya que la mayoría de las entidades financieras redujeron sus tasas anuales del 110% al 70% o 75%.

La medida fue argumentada con diferentes motivos: el Gobierno de Javier Milei busca reducir la cantidad de pesos que circulan en la economía para combatir la inflación y encaminar una posible dolarización, mientras que también apuntan a incentivar el consumo en detrimento del ahorro.

Para conocer cómo impactará este anuncio en los trabajadores y jubilados, Conclusión habló con la economista e integrante del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), Natalia Pérez Barreda, quien explicó: “Lo que hizo el Banco Central es bajar del 110% al 80% lo que le paga a los otros bancos por tener sus depósitos y desregular la tasa que paga en plazos fijos. Esto es parte de una licuación de ahorros que está haciendo el Gobierno nacional para disminuir la cantidad de pesos que hay en la economía. Esto afecta directamente a los pequeños ahorristas que no tienen otras opciones más sofisticadas para conservar su poder adquisitivo y los obliga a ir a otros mecanismos como el dólar o el consumo”.

Asimismo, la economista advirtió que esta medida también se traduce en una ganancia para los bancos: “Las personas o las empresas que depositan sus ahorros en un banco hoy reciben en promedio un 70% o 75% de tasa de interés anual, mientras que los bancos, a esos mismos fondos, los depositan en el Banco Central y obtienen un 80% de interés. Entonces están haciendo una diferencia que los beneficia”.

Pérez Barreda recordó además que esta medida fue tomada por un Gobierno que sostiene que la inflación es producto de la emisión monetaria. “Al licuar los ingresos y los ahorros, están, en su marco teórico, atacando al problema inflacionario. Por otro lado, para encaminar un proceso de dolarización o liberalización del cepo, disminuir la cantidad de pesos que circulan en la economía implica un menor impacto en el tipo de cambio”, explicó.

Por otro lado, la economista indicó que, producto de la licuación de ingresos, la caída de las tasas de interés no se traducirá en una mejora del consumo: a la población el dinero cada vez le alcanza menos y, por ende, cada vez tiene menos margen de ahorro y de compra.

“Pienso que los ahorristas van a ir al dólar MEP o al informal, también hay fondos comunes de inversión que están atados a la inflación. Hoy es muy difícil para los pequeños ahorristas encontrar la manera de preservar el valor de sus ahorros, con una tasa de interés mensual menor al 6% y una inflación que está en el doble”, concluyó la economista.