El canciller iraní Mohamad Zarif consideró posible este sábado «resolver todos los temas» que está negociando su país con las grandes potencias sobre el programa nuclear de Teherán.

«Estamos avanzando y pienso que podemos realizar los progresos necesarios para resolver todos los temas y empezar a redactar un texto que se convierta en el acuerdo final», declaró a la prensa,tras entrevistarse con sus homólogos alemán y francés.

Las grandes potencias e Irán iniciaron el sábado en Lausana (Suiza) un fin de semana de intensas conversaciones para intentar llegar a un acuerdo político sobre el programa nuclear iraní antes de fin de mes.

Un acuerdo provisional firmado en noviembre de 2013 fue prorrogado ya dos veces, y los negociadores se han fijado como fecha límite el 31 de marzo para alcanzar un acuerdo político, antes del texto completo con todos los detalles técnicos que debería fijarse antes del 30 de junio.

La llegada de los cancilleres europeos a Suiza, junto con las declaraciones optimistas del ministro de Exteriores iraní, generan expectativas acerca de la posibilidad de alcanzar un acuerdo por el cual Irán limite su desarrollo nuclear a cambio de que las potencias eliminen las sanciones económicas en su contra.

Mohamad Yavad Zarif, se mostró optimista sobre las perspectivas de alcanzar en los próximos días un acuerdo nuclear con la comunidad internacional. También hizo referencia a la postura de sus homólogos de Alemania, Frank Walter Steinmeier, y Francia, Laurent Fabius, quienes están comprometidos «con alcanzar un acuerdo» sobre el programa nuclear iraní.

«Creo que Alemania y Francia son realmente serios en querer alcanzar un acuerdo y espero que podamos trabajar juntos para alcanzarlo», dijo Zarif tras reunirse por separado con los dos cancilleres.

«Tuve una muy buena discusión con los dos ministros, debatimos todos los temas que tienen que ser resueltos. Creo que hicimos progresos y creo que estamos avanzando», aseveró el ministro aunque sin dar precisiones sobre cuánto tiempo llevará resolver las diferencias.

«Estamos listos para trabajar de forma diligente para poder avanzar y creo que hay indicios de que, de hecho, podemos avanzar», comentó, sin ofrecer más detalles.

Por su parte, Steinmeier, comparó el momento de las negociaciones con el partido final de un evento deportivo.

«Nos enfrentamos a días decisivos. Después de casi 12 años de negociaciones con Irán, ahora empieza la final», señaló al llegar a Lausana.

Mientras que Fabius, al ingresar al Hotel Beau Rivage, donde se celebran las conversaciones, insistió en la necesidad de transparentar «los mecanismos de control para asegurar que los compromisos acordados sean respetados».

«Hemos llegado aquí con el deseo de llegar a un acuerdo robusto. Irán tiene todo el derecho a la energía nuclear civil, pero no a una bomba», agregó el ministro, sin precisar los avances ni los puntos que aún quedan por limar.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien desde el jueves se ha reunido varias veces con Zarif en Lausana, también se reunió hoy con Steinmeier y Fabius, aunque no trascendió información sobre las reuniones.

Lo que sí se supo es que el secretario de Estado mantuvo dos conversaciones telefónicas con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para ponerlo al tanto de las novedades de la negociación, según el diario israelí Haaretz.

Las negociaciones con Irán este último año han abierto una brecha en las relaciones entre los dos aliados porque Israel se opone a un acuerdo que deje en manos de Irán la capacidad de enriquecer uranio.

El Grupo 5+1, formado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia) más Alemania negocian con la República Islámica de Irán desde hace más de dos años sobre un pacto nuclear.

Pero las conversaciones se han intensificado en las últimas horas porque las partes quieren cumplir con el plazo autoimpuesto del 31 de marzo para alcanzar un acuerdo marco.

De alcanzarse dicho acuerdo, en los siguiente tres meses se deberán especificar todos los detalles técnicos para un trato final y exhaustivo que ponga fin a doce años de disputa nuclear.

Para seguir negociando, se espera la llegada de los jefes de la diplomacia británica, china y rusa, Philip Hammond, Wang Yi y Serguei Lavrov, quienes arribarán mañana.

Además, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, adelantó su llegada -inicialmente prevista para manaña- y llegará hoy a la tarde.

Por ahora, nada se ha informado oficialmente respecto al posible acuerdo, ni cuáles son los puntos que dificultan la negociación aunque una fuente iraní adelantó ayer que las áreas donde persistían los obstáculos eran la de Investigación y Desarrollo (I+D) y el levantamiento de las sanciones sobre Irán.

El temor de las potencias occidentales (que cuentan con armamento nuclear) es que la tecnología iraní sea usada con fines militares, pese a que Irán ha asegurado que su programa tiene fines civiles y pacíficos.

El levantamiento de las sanciones de Occidente es fundamental para la economía iraní.

Un competidor de Irán en la región: Arabia Saudita

La intervención militar de Arabia Saudita en Yemen reaviva los temores de que pueda desatarse una carrera armamentista en la región ante la posibilidad de que Irán logre un acuerdo con Occidente por su programa nuclear.

Por eso parece no ser un hecho casual que Riad haya intervenido en ese devastado país de la península Arábiga para combatir a las milicias chiítas hutíes -supuestamente apoyadas por Tehéran- que se apoderaron del norte de Sanaá, la capital yemení, en septiembre pasado.

El hecho no involucra sólo a los sauditas que están respaldados por Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahrein, Kuwait, Jordania y Qatar, con la asistencia militar de Egipto y Marruecos.

Todos estos países ven a los rebeldes hutíes, que se oponen a muchas tribus sunnitas de Yemen, como aliados de los iraníes en una futura lucha regional.

En este contexto, Riad ha dado refugio al presidente yemení Abdrabbuh Mansour Hadi, con el objetivo de defender su legítimo gobierno que también está acosado por las milicias del Estado Islámico y Al Qaeda en la Península Arábiga.

Irán, por su parte, no está solo en su protesta contra Arabia Saudita, ya que recibió el apoyo del gobierno chiíta iraquí y Siria, así como del grupo libanés Hezbollah.

En momentos en que la Liga Arabe estudia la posibilidad de crear una fuerza militar unificada, la intervención saudita desnuda la competencia desatada en los últimos años entre Riad y Teherán, tras la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 para derrocar a Saddam Hussein.

Además, las fuerzas sauditas bombardearon Sanaá en momentos en que se acelera la instancia decisiva para lograr un acuerdo preliminar entre Irán y el Grupo 5+1 -que forman los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China)más Alemania- antes del próximo 31 de marzo.

«Aun con la ausencia palpable de pruebas, como un test nuclear, los progresos de Irán para obtener armas nucleares han sido evidentes. Ahora la carrera armamentista ha empezado: los países vecinos se están moviendo hacia adelante, conducidos por los temores de que la diplomacia de (Barack) Obama promueva un Irán nuclear», dijo John R. Bolton, ex embajador de Estados Unidos en la Naciones Unidas, entre agosto de 2005 a diciembre de 2006.

«Arabia Saudita, piedra angular de las monarquías petroleras, ha estado esperando durante mucho tiempo para mover primero. De ningún modo los sunnitas sauditas permitirán a los chiítas dejarlos atrás por la búsqueda de dominar el islam y la hegemonía del Medio Oriente», dijo Bolton, en un artículo en The New York Times.

Las reuniones del Grupo 5+1 en la ciudad suiza de Lausana, encabezadas por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry y el ministro Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, están entrando en una recta decisiva.

Las deliberaciones se intensificarán durante este fin de semana con miras a lograr un documento preliminar antes del 31 de marzo. Un acuerdo final, con rigurosos detalles técnicos, tiene fecha límite para el 31 de junio.

La intervención de Riad repercutió en las reuniones que se realizan en Suiza, ya que Arabia Saudita es la mayor potencia petrolera de Medio Oriente y un aliado incondicional de Washington en la región.

Sin embargo, el gobierno de Obama no habría estado al tanto de la operación en Yemen hasta último momento, según señalaron informes de prensa.

Los analistas advirtieron que si se aprueba un acuerdo marco con Irán, el presidente Obama tendrá que enfrentar la dura oposición de los legisladores republicanos y de su propio partido demócrata en el Congreso.

Esta semana, los senadores aprobaron por unanimidad una medida no vinculante para restablecer inmediatamente las sanciones económicas contra Irán, para el caso de que este país viole el acuerdo que actualmente se negocia en Suiza.

Con ánimo de controlar el frente interno, el presidente iraní Hassan Rohani envió una carta a las seis potencias mundiales para solicitar que se dejan de lado las sanciones aplicadas contra Irán por el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea.

Disgustado con Obama, el gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, observa atentamente lo que está ocurriendo en Suiza, luego de declarar ante el congreso estadounidense que un acuerdo nuclear con Irán será «malo» para Israel, país que ya cuenta con un centenar de ojivas nucleares.

De todos modos, con marchas y retrocesos, las negociaciones parecen encaminarse a lograr un acuerdo entre el Grupo 5+1 e Irán que desatara polémicas una vez que sea firmado.

Desde esta perspectiva hay algunos puntos que ya generan polémica, sobre todo si el futuro documento será efectivo para prevenir la proliferación nuclear en Medio Oriente.