El expresidente Mauricio Macri fue el gran responsable del sacudón político nacional de las últimas horas. Todas las manifestaciones posteriores resultaron una consecuencia de un primer movimiento que fracturó la alianza política que él mismo fundó años atrás: el llamado del líder del PRO a el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, para reunirse y llegar a un acuerdo. La cita, a la que estuvo convocada Patricia Bullrich, se realizó en la casa de Macri, que como anfitrión dispuso sobre la mesa condicionamientos y puntos de negociación.

Según publicó el periodista Javier Laquidara en La Política Online, ese encuentro en la noche del martes tuvo como antesala una preocupación que el expresidente expuso ante sus colaboradores más cercanos: «Si gana (el postulante de Unión por la Patria, Sergio) Massa, me tengo que ir del país». La frase -siempre según este medio- fue pronunciada el domingo en el búnker de la derrota, instalado en Parque Norte, y hace referencia al temor que tendría el exmandatario ante la posibilidad de que un triunfo del actual ministro de Economía traiga aparejado la reactivación de causas judiciales que lo tienen como acusado.

El miedo estaría originado en la supuesta enemistad que mantienen Macri y Massa desde el tiempo en el que el primero de estos apodó como «ventajita» al segundo, un resquemor que incluso dejaría de lado aquel viaje al foro económico de Davos que ambos realizaron juntos en el inicio del gobierno de Cambiemos.

Antes de que el fundador del PRO asuma al frente de la Casa Rosada en 2015, el portal El Destape publicó un relevamiento sobre el total de causas judiciales que pesaban hasta entonces en la espalda del futuro presidente. Aquel conteo llegó a 214 denuncias en contra del hijo de Franco Macri.

Posteriormente, durante su paso por la gestón nacional, sumó otras tantas. Igualmente, no todas le preocupan de igual manera, algunas lo alertan especialmente. Entre estas últimas estarían los expedientes asociados al Correo Argentino; los parques eólicos; el espionaje ilegal y los peajes.

Que estas causas sigan a la expectativa de una resolución exponen al exmandatario a la posibilidad de que se reactiven y le generen más de un dolor de cabeza. Es por eso que habría comenzado a desplegar acciones apuradas con el objetivo de blindarse.

El gobernador de Jujuy y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR) Gerardo Morales lo insinuó durante la conferencia de prensa que encabezó junto a Martín Lousteau para anunciar que no acompañarán a ninguno de los dos candidatos que competirán en el balotaje y mostrar su profundo descontento con la decisión que tomaron Patricia Bullrich y Luis Petri de alinearse con Javier Milei.

«No sé qué habrán hablado anoche (por el martes), se ve que acordaron muchas cosas, inclusive hasta causas judiciales. Me parece raro. Hay que terminar con la hipocresía», disparó el mandatario jujeño, con visible enojo.

Milei necesita los votos que cosechó Juntos por el Cambio en primera vuelta y Macri, en este escenario, requiere de un presidente que no disponga un clima de época contrario a sus intereses, algo que -más allá de la proclama republicana- suele impregnar el funcionamiento de las altas esferas del Poder Judicial.

El citado medio afirma que este movimiento del expresidente incluiría el pedido de incorporar a Germán Garavano como futuro ministro de Justicia, un lugar que ocupó durante el gobierno de Cambiemos.