Este jueves se hizo pública la creación de una nueva Unidad Especial de Extorsiones, Amenazas y Balaceras de la agencia de Investigación Criminal de Rosario. En diálogo con Conclusión, el subsecretario de Investigación Criminal, Andrés Rolandelli, detalló que la brigada estará conformada por un equipo de entre 25 y 30 efectivos que trabajarán en estrecha comunicación con la fiscal de la Unidad de Balaceras, Valeria Haurigot. El funcionario especificó que es sumamente importante mantener el trabajo coordinado con el Ministerio Público de la Acusación y remarcó que es fundamental el accionar investigativo durante los primeros días en que se produce la amenaza.

«Desde que asumí en diciembre, empezamos a tener unas serie de charlas bastantes asiduas con la Fiscalía Regional de Rosario, a los efectos de coordinar esfuerzos y procedimientos para tener una articulación un poco más efectiva respecto de diferentes tramas delictivas de la ciudad, en este caso balacera y homicidios», detalló el funcionario a este medio.

En ese sentido, Rolandelli señaló que lo que sucede con el poder penal del Estado «es como un bote en el que nosotros tenemos un remo y los fiscales tienen otro, y es muy importante que trabajemos en forma coordinada».

«Asumimos el compromiso de armar una unidad que dependa de la Agencia de Investigación Criminal y que se ponga en sincronía y coordinación con la tarea que tienen que hacer los fiscales y así puedan trabajar de forma más óptima».

El funcionario explicó que la idea era que haya un único canal con el MPA para que «ante las eventualidades se vayan priorizando las investigaciones y las diligencias pertinentes en función de lo que ordenen los fiscales». «Para nosotros lo más importante para que esto funcione es mantener un canal de ida y vuelta con el MPA y que eso funcione. Por eso la idea de la creación de esta unidad es poner a disposición una brigada, que va a constar de entre 20 y 25 efectivos que van a estar a disposición de una estrategia criminal».

«Una ventana de cinco días»

En cuanto a la especificidad de los delitos sobre los que va a trabajar, el subsecretario de Seguridad Pública subrayó que las amenazas y eventuales balaceras no son propiciadas únicamente por los «cabezones de una banda». «Hay algunos que se arrogan la representación de Los Monos y en su nombre mandan un papelito y nada que ver. Y también pasa que algunas extorsiones provienen de ahí, pero hay un montón de pibitos anarquizados que en nombre de otro van y amenazan».

Pero el punto más importante que señaló es que, del análisis de este tipo de delitos, surge que «entre la llamada de amenaza y la consumación de la balacera hay una ventana de cinco días». «En líneas generales, hay entre tres y cinco días mientras esperan que le paguen, si nosotros tenemos la información de antemano, ahí se puede actuar por eso es importante la denuncia», señaló y remarcó además que en esa temporalidad es fundamental la intervención de los fiscales para que se pueda actuar. Es en ese punto donde debería notarse la interacción de la brigada con la Fiscalía.