Todavía sin que la ciencia haya logrado hallar la cura para combatir al Covid-19 en el organismo, el aislamiento y distanciamiento social siguen siendo las armas más efectivas para intentar contener la expansión del virus.

En todo el territorio argentino las fuerzas policiales son las encargadas de hacer cumplir la cuarentena y que no circula gente que no esté exceptuada por su trabajo o la actividad puntual que se disponen a hacer, como realizar compras o asistir a algún familiar dentro de grupos de riesgo.

La provincia de Santa Fe no sólo no es la excepción sino que es uno de los distritos del país donde más aprehensiones se han registrado, según informó el propio gobernador Omar Perotti (hasta este jueves se contabilizaban más de 11 mil).

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La situación de emergencia, con calles generalmente despobladas, trastoca hábitos sociales y lleva tiempo adaptarse a las nuevas normativas, tan necesarias. Tampoco es lo mismo la cuarentena en el centro o en barrios de mejor pasar que en villas de emergencia o áreas con menor infraestructura.

En ese sentido, han aparecido denuncias por presuntos abusos policiales, que incluían detenciones a gente que hacía mandados o jóvenes de volvían de cobrar becas estatales (Nueva Oportunidad, por ejemplo), entre otras cosas.

Para optimizar la tarea, la Agencia de Control Policial del Ministerio de Seguridad santafesino adaptó su planeamiento para identificar las necesidades de los policías en el esfuerzo contra la pandemia y asegurar que los operativos se realicen correctamente.

El organismo (lo que anteriormente era Asuntos Internos) realiza operativos para supervisar que contribuyen a mejorar las prestaciones de la Policía de Santa Fe y su articulación con las fuerzas federales, municipios y el sector privado.

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“El Control Policial fue diseñado para fiscalizar y profesionalizar servicios de policía. Tiene hoy un rol importante en la adaptación estructural para contribuir a la estrategia del gobernador en la circunstancia presente”, explicó el Secretario de Seguridad Pública, Germán Montenegro.

Según informaron, la fuerza está integrada por unos 140 efectivos con perfil de investigadores, desplegados en dos grandes regiones, centro-norte y sur. Los controles que realizan son operacionales y también administrativos.

Despliegue y precisión

El plan es que los efectivos recorran toda la provincia con instrucciones de cotejar en el terreno que se cumpla efectivamente con la planificación ministerial.

En la última semana esta intervención permitió evaluar en unas 20 ciudades la performance de la policía para inferir cuál debe ser la carga de requerimientos de insumos de protección personal disponibles y qué adaptaciones se deberán realizar en los próximos 15 días.

“El rol de la Agencia es central para tener una visión real de lo que le pasa a la policía en la calle y para optimizar la intervención contra delitos en medio de la pandemia”, dijo Montenegro.

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La restricción de circulación y el aislamiento social modificaron el escenario del delito y la violencia y por tanto los servicios de despliegue de personal.

Los controles aleatorios y sorpresivos, las detenciones de transeúntes y del incremento de secuestros de automotores bajo supervisión judicial demandan un nuevo tipo precisión policial. La Agencia de Control del Ministerio de Seguridad registra que esos controles se ajusten a la planificación, midiendo los resultados y elabora estadísticas que permiten ajustar las instrucciones para mejorar la performance de los distintos cuerpos de policía.

“Nuestro planeamiento está adaptado al escenario de delito y la asistencia al empeño de todas las áreas del gobierno contra la expansión del contagio”, concluyó el funcionario de la cartera que dirige el ministro de Seguridad provincial, Marcelo Saín.