MARTES, 26 DE NOV

Causa Franco Casco: daños colaterales de un justicia lenta

A poco más de 7 años de la muerte de Franco Casco, la justicia no resuelve y son muchos los que van quedando en el camino sin encontrar una respuesta. Tres mujeres, madres de policías acusados murieron pidiendo justicia por sus hijos, que consideran injustamente encarcelados.

 

Otro oscuro capítulo se escribe en la historia que rodea la causa por la muerte de Franco Casco. Familiares de los policías procesados por la muerte del joven de Florencio Varela, se manifestaron el pasado 6 de octubre frente a los Tribunales Federales de la ciudad para declarar esa fecha como el Día Nacional de lucha contra las causas armadas. El acto fue en el cantero central del bulevar Oroño al 800, donde volvieron a proclamar la inocencia de los efectivos de la comisaría 7ª y la inmediata libertad.

Fueron muchas las acciones que impulsaron los familiares para pedir justicia, pero el pasado 6 de octubre no fue igual, porque en plena manifestación recibieron la triste noticia del fallecimiento de la madre de uno de los policías detenidos. Se trata de Marta Acosta, madre de César Acosta que se encuentra detenido en prisión preventiva hace cuatro años en el penal de Marcos Paz, junto a otros tres policías, Diego Álvarez, Walter Benítez y Esteban Silva; el resto se encuentra en prisión domiciliaria.

En diálogo con Conclusión, Hugo Álvarez, hermano de Diego recordó la última conversación que tuvo con Marta: «estoy un poco engripada, pero va Esteban y mis hermanas» ese fue el ultimo mensaje de Marta, quien al igual que muchas madres hace mas de cuatro años que espera a una justicia que nunca llega.

«Marta se sigue preguntando porque su hijo lleva mas de cuatro años encarcelado sin juicio y sin sentencia en una causa totalmente prefabricada y sin ninguna evidencia de peso que amerite todo el daño que se genera a tanta gente y hace tanto tiempo, expresó el hermano del ex comisario, al tiempo que indicó que «ayer mismo, justo cuando el tesón y el sacrificio colectivo de tantos se convertía en un día nacional de lucha, Marta fallecía esperando aun que la justicia federal le explique porque su hijo sigue detenido».

Por otra parte, señaló que «la muerte de Marta, de «Martita» como todos la conocíamos nos deja un vacío difícil de llenar. Una luchadora incansable que nunca dejo de proclamar la inocencia de su hijo y de gritar a los cuatro vientos «esta es una causa armada, se equivocaron y tarde o temprano la justicia va a reconocer ese error».

«Marta no pudo cumplir el deseo de volver a ver a su hijo en libertad, pero los que quedamos tomamos el relevo y seguimos en un camino donde la memoria de lucha de Martita no se va a olvidar. Ya son tres las madres de personas encarceladas en este vergonzoso trámite que mueren viendo a sus hijos purgar una prisión preventiva sin fin. Me pregunto yo ¿la vida de estas tres madres vale menos que la muerte de Franco Casco? aún quitando el hecho HOY INNEGABLE de que Franco no murió en la comisaría séptima, de que no fue ni golpeado ni asesinado, y de que los hijos de estas madres nada tuvieron que ver con su lamentable muerte, vuelvo a preguntar: ¿valen menos las vidas de estas tres madres que la muerte de Franco Casco?», se preguntó.

Marta no fue la única que partió de este mundo sin ver a su hijo en libertad, Nelly Rocha madre de Enrique Rocha falleció el 8 de febrero del 2019, también pidiendo la libertad de su hijo;  y Silvia Stella Páez madre de Cecilia Contino murió el 4 de junio del 2020, proclamando la inocencia de su hija.

En el camino también se fue la mamá de Franco Casco sin obtener justicia por la muerte de su hijo. Elsa Godoy murió el 10 de agosto de 2016 luego de empeorar su cuadro de mal de Chagas, que la había obligado a internarse.

Los daños colaterales de una justicia lenta e injusta que nunca llega a tiempo.

Desde el 4 de septiembre de 2017, el ex comisario Diego Álvarez, junto a Walter Benítez, César Acosta y Esteban Silva permanecen detenidos en el penal federal de Marcos Paz; Enrique Gianola Rocha se encuentra en la dependencia local de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), mientras que Cecilia Contino, Guillermo Gysell, Marcelo Guerrero y Fernando Blanco cumplen la medida cautelar en sus domicilios.

Franco Casco llegó a Rosario desde Florencio Varela para visitar a sus familiares. El 6 de octubre de 2014 salió hacia la estación de trenes para volver a Buenos Aires. Pero el día 7 fue detenido y trasladado a la comisaría 7ª, luego de 22 días su cuerpo apareció flotando en las aguas del río Paraná.

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