Por Carlos Duclos

¿Quién es en realidad Donald Trump? ¿Qué se propone? Son los grandes interrogantes que dan vuelta en la mente de muchos dirigentes y ciudadanos del mundo que aún no tienen respuesta.
Lo más preocupante sería, en todo caso, que el mismo Donald Trump no supiera quién es y qué se propone, pues entonces se esantetaría un delirante impredecible y ya se sabe de lo que son capaces tales personas, especialmente cuando tienen en sus manos el mayor poder del mundo. De la misma forma, sería riesgoso que fuera un gran simulador, que expresara una cosa, que lograra hacerla creíble y obtuviera confianza en la masa y que hiciera todo lo contrario. Estafadores de este corte hay muchos en el mundo y, desde luego, en Argentina.

El presidente de Estados Unidos de todas forma parece que está bastante acotado en sus decisiones por el propio poder interno norteamericano que se hace sentir, y por poderes internacionales que lo han limitado. Por ejemplo: debió dar marcha atrás en su anunciada política con China y tras hablar con su par chino Xi Jinping, ha normalizado las relaciones entre Estados Unidos y China. Luego de hablar telefónicamente con el líder chino dijo que la política de «una sola China» seguiría vigente.

Por otra parte se diluyó por el momento la orden de cerrar el ingreso a inmigrantes de países musulmanes. La justicia norteamericana le dijo “no” a su idea.

Otra de las medidas anunciadas que quedó literalmente en la nada, fue la de trasladar la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica en Israel a Jerusalem, un anuncio que despertó preocupaciones en el mundo palestino. Trump no hizo nada.

Ahora, el polémico y controvertido presidente ha decidido “poner en marcha el mayor rearme en una década y ha ordenado elaborar un presupuesto con un incremento de 54.000 millones de dólares (9,3%) en los gastos de defensa”. Al justificar este gasto militar Trump ha sostenido que Norteamérica debe ocupar el lugar que perdió en cuanto a poder militar.

¿Es Trump un hombre peligroso o solo un perro que ladra?

Hoy, un Trump cuestionado por diversas corporaciones políticas y mediáticas norteamericanas e internacionales, dará su primer discurso ante el Congreso. Se espera que vuelva a la carga con su política sobre inmigrantes y, por eso, muchos congresales demócratas llevarán como invitados a inmigrantes que se han destacado en la vida estadounidense. Todo parece no más que “pour le gallerie”.

Eso sí, por el momento Trump cuenta con un respaldo internacional que no es menor, nada desdeñable: Rusia. El vicecanciller ruso, Riabkov, ha dicho hace unas horas atrás ante el Parlamento ruso que «el nuevo presidente de Estados Unidos tuvo que chocar de entrada con los ánimos antirrusos afincados en la elite de Washington, que comparten, de hecho, todos los principales eslabones de la clase política estadounidense” y añadió que “los detractores de Trump continúan atizando la rusofobia como uno de los elemento centrales de la campaña masiva de desprestigio del nuevo gobierno de EEUU”. Y para no dejar dudas remató: «Es evidente que, en alguna medida, las perspectivas de mejora de las relaciones bilaterales, pueden ser víctima de estos esfuerzos malintencionados. Lo entendemos y trabajamos para minimizar los posibles daños”, dijo. Tal vez se pueda dilucidar, aunque sea tibiamente, quién es Trump, cuán impredecible es, a partir de su mensaje de hoy. Tal vez.