Los merenderos y comedores de los barrios de Rosario están en situación crítica debido al aislamiento social obligatorio decretado por el gobierno nacional. Se ven sobrepasados en el número de personas que atienden y la mercadería no alcanza.

Alberto Romero es un referente social que ayuda constantemente a los comedores y merenderos barriales. En ese contexto, Conclusión dialogó con el referente y le consultó sobre la situación que sobrellevan a diario desde el merendero Los chiquilines, en el barrio 23 de Febrero, es decir Maradona entre Liniers y Larrea. 

El hombre contó que «la cosa está muy difícil, acá en el barrio, nosotros estamos dando la merienda una vez por semana gracias a la provincia. Nos prometieron más para el mes que viene pero como viene la cosa está difícil».

 

Al preguntar sobre el acatamiento de la cuarentena obligatoria, Romero explicó que «con el tema de la cuarentena, una vez por semana no es suficiente para alimentarse. Los padres que son changarines, albañiles, vendedores ambulantes no pueden salir por la cuarentena y se encuentran con el duro momento de que en la casa no tiene alimento y tienen que venir al merendero y si no hay nada para darle uno como adulto se queda mal».

«La realidad es que la cuarentena en el barrio se cumple un 70%, es más o menos lo que yo vengo viendo en los barrios, pero que es lo que pasa acá, la gente tiene que salir a buscar alimentos, tiene que buscar la moneda diaria. Yo veo a los barrios y observo que la gente está en la calle, porque están buscando que comer, entre vecinos se ayudan», agregó.

Sobre la ayuda que reciben de parte del Estado, el coordinador del comedor expresó: «Yo me comuniqué con el Municipio y me dijeron que hable a Provincia, me comuniqué con Provincia y me dijeron que llame al Municipio, todos se tiran la pelota. Queremos preguntar si puede llegar la mercadería que llevan los militares a otros barrios, a nuestro barrio y a la zona de Cabin 9. La mercadería es fundamental, estamos de acuerdo con una bolsita de mercadería, pero estaría bueno que dos veces por semana llegue esa bolsita a los vecinos, uno es grande y toma mate pero los chicos no».

Y concluyó: «Lo que más esperamos con los vecinos es la ayuda, los chicos vienen todos los días acá, quieren comer. Necesitamos una respuesta ya. Queremos que provincia y municipio se hagan cargo porque estos barrios son muy vulnerables. En cada familia tenes 2, 3 o 5 chicos que alimentar».