Corea del Sur y Estados Unidos acordaron hoy retrasar las maniobras militares anuales que ambos realizan en territorio surcoreano hasta después de los juegos olímpicos de invierno de PyeongChang, en medio de un acercamiento de Seúl a Corea del Norte.

Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Corea del Sur, Moon Jae-in, tomaron esa decisión tras mantener una conversación telefónica, informó la oficina presidencial surcoreana en un comunicado.

«Creo que ayudaría enormemente a asegurar el éxito de los JJOO de Invierno de PyeonChang el que usted mostrara su intención de retrasar los ejercicios durante el evento», dijo Moon a su par estadounidense.

La conversación ocurrió luego de que el líder norcoreano, Kin Jong-un, expresara su deseo de participar en los juegos olímpicos del vecino país, que se realizarán del 9 al 25 de febrero, en una inesperada muestra de disposición al diálogo.

Seúl ya había expresado su deseo de que Pyongyang participe de ese evento deportivo; así que las declaraciones de Kim abrieron la puerta a una reunión de alto nivel que tuvo lugar ayer, luego de dos años de diálogo cortado.

Cada año, Washington y Seúl realizan en la zona unos ejercicios militares que en Pyongyang son vistos como una provocación o como maniobras para invadir su territorio.

Trump aceptó la propuesta de retrasar las maniobras militares conjuntas y le dijo a Moon que puede garantizarle a Kim que no habrá ejercicios durante las tres semanas que dure la cita deportiva, informó la agencia de noticias EFE.

Poco antes, el mandatario estadounidense se atribuyó el acercamiento entre los dos países asiáticos, que técnicamente están en guerra desde hace 65 años, cuando lograron un alto el fuego pero nunca llegaron a firmar un acuerdo de paz.

«¿Alguien realmente cree que las conversaciones y el diálogo seguirían entre Corea del Norte y Corea del Sur ahora mismo si no fuera firme, fuerte, la disposición a comprometer nuestro «poder total» contra el Norte?», se preguntó esta mañana el mandatario norteamericano en un mensaje en la red social Twitter.

Además calificó de «tontos» a «los ‘expertos’ fracasados» que no reconocen que la presión de Washington sobre Pyongyang es la causa de la incipiente distensión en la península, y se mostró a favor de ese diálogo.

«Las conversaciones son algo bueno!», escribió Trump.

Ayer, en la madrugada argentina, el primer contacto desde febrero de 2016 entre ambos países se dio cuando desde el Norte utilizaron la línea telefónica oficial paralizada por Pyongyang hace dos años, en protesta por el cierre del complejo industrial intercoreano de Kaesong, decidido por el anterior Ejecutivo surcoreano como castigo por las pruebas nucleares y con misiles del norte.

El llamado norcoreano respondió a la voluntad de retomar el diálogo expresada por su líder, Kim Jong-un, en su reciente mensaje de Año Nuevo, recogido rápidamente por Seúl al proponer una reunión de alto nivel para el martes próximo, para tratar la posible participación de Pyongyang en los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur.

El presidente estadounidense ya había considerado el lunes pasado como «una buena noticia» el discurso de Kim, aunque aseguró que habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

«Las sanciones y ‘otras’ presiones están empezando a tener un gran impacto sobre Corea del Norte», posteó Trump en Twitter el lunes al destacar que «el hombre cohete quiere hablar ahora con Corea del Sur por primera vez», en alusión a Kim, a quien menciona de ese modo desde que se desató la crisis por los ensayos nucleares y con misiles de Pyongyang en septiembre último.