La posibilidad de que Turquía acuda a la intervención del Fondo Monetario Internacional por la abrupta caída de su moneda es prácticamente nula, según lo expuso su presidente, Recep Tyyip Erdogan.

El mandatario europeo rechazó tal posibilidad cuando expresó: «Sabemos muy bien que aquellos que nos sugieren un negocio con el FMI, en realidad nos proponen renunciar a la independencia política de nuestro país».

Además, Erdogan se refirió a la decisiva suba de aranceles sobre el acero turco aplicada por Donald Trump que produjo la crisis financiera de su país al indicar que han descubierto su trama y que por ello lo desafían.

Después de indicar que la medida adoptada por el presidente estadounidense se trata “claramente de una guerra comercial, Erdogan añadió: «De nuevo nos enfrentamos a una conspiración política y malvada, pero si dios quiere, también esta vez lograremos superarla».

Además, reiteró que en Turquía no hay ninguna crisis económica mientras le pidió a sus habitantes que cambien dólares y euros a liras.

En tanto, aclaró que “si ellos tienen sus dólares”, los turcos tienen a Alá.

La disputa entre ambos países viene desde el tiempo en el que se encarceló en el país mediterráneo al pastor evangélico estadounidense Andrew Brunson, en una respuesta turca a la negativa del gobierno de Trump de extraditar al clérigo Fethulá Gulen que está exiliado en Estados Unidos y al que el gobierno turco acusa del golpe de Estado fallido realizado en 2016.