El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó hoy a Berlin de «prácticas nazis» luego que varios municipios de ese país cancelaran en los últimos días una serie de actos de ministros de Ankara para promocionar y hacer campaña por un referéndum constitucional en esa nación europea, donde vive una enorme comunidad turca.

«Sus prácticas no se diferencian de las antiguas prácticas nazis», sentenció Erdogan durante un discurso en Estambul, en el que también denunció que el gobierno alemán no tiene nada de democrático.

«Alemania se salió del camino de la democracia. Sus prácticas actuales no tienen nada que ver con la democracia y son incluso comparables con las del régimen nazi», aseguró el mandatario durante un discurso en un acto de una asociación de mujeres, según la agencia de noticias EFE.

«No queremos ver un resurgir del nazismo», concluyó Erdogan, refiriéndose a uno de los temas más sensibles para el liderazgo político y la sociedad alemana en general.

Tanto Erdogan como el resto de su gobierno llevan varios días atacando duramente a Alemania por la cancelación de varios actos electorales en ciudades alemanas, en los que ministros turcos iban a hacer campaña en favor de la reforma, sobre la que se celebrará un referéndum el próximo 16 de abril para ratificar o rechazar el cambio hacia un sistema presidencialista.

Ayer el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, había tachado de práctica «fascista», las cancelaciones de los actos organizados por asociaciones turcas en Alemania.

«Esta manera de proceder contra nosotros es una forma de proceder fascista y daña los principios democráticos. Supone pisotear la Constitución alemana y la declaración de los Derechos Humanos, de la que Alemania es parte», había asegurado el ministro durante una conferencia de prensa en la ciudad de Yozgat.

Bozdag había anunciado su intervención en un acto que una asociación turca tenía previsto celebrar desde hace tiempo el pasado jueves en la ciudad alemana de Gaggenau, en el sur del país.

La participación del ministro, que no estaba prevista inicialmente, llevó a las autoridades locales a cancelar el acto a última hora. Según explicaron, la presencia de Bozdag iba a provocar una afluencia de público mayor a la que el local reservado podía acoger.

Este fin de semana otras ciudades alemanas cancelaron actos, en los que iban a participar el ministro turco de Economía, Nihat Zeybekci, entre otros funcionarios.

Turquía rechazó el argumento de la canciller alemana, Angela Merkel, de que ese tipo de decisiones son tomadas a nivel municipal en Alemania y no son responsabilidad del gobierno federal, y le reclama que dé marcha atrás si quiere evitar una crisis bilateral.

A esto se suma un contexto de creciente tensión entre los dos países que viene construyéndose hace meses.

Desde que Erdogan sobrevivió a un sangriento golpe de Estado fallido, a mediados del año pasado, comenzó una ofensiva contra opositores dentro y fuera del Estado, una purga que terminó en decenas de miles de despidos, detenciones y condenas. Alemania, como las otras potencias europeas, repudiaron la purga y las detenciones masivas, pero sla posición de Berlín no fue tan fuerte como desea la sociedad alemana.

Tres meses antes del fallido golpe de Estado en Turquía, la canciller alemana Merkel fue la artífice de un acuerdo migratorio entre Erdogan y la Unión Europea para que este primero cierre completamente su frontera y frene el flujo constante de refugiados e inmigrantes que desde principio de 2015 no para de llegar a Europa en busca de un futuro sin guerra, sin violencia y con trabajo.

Este acuerdo hizo disminuir dramáticamente el número de recién llegado desde la llamada ruta de los Balcanes, por lo que Alemania, uno de los principales destinos finales de estos refugiados, no quiere avanzar hacia una crisis total con Turquía que provoque el fin de esta cooperación.

Sin embargo, la tensión entre los dos países no para de escalar y el conflicto diplomático actual ya se expandió a otros países europeos vecinos.

Los gobiernos de Austria y Holanda, otros dos países que poseen una importante comunidad turca, anunciaron hoy que no permitirán que funcionarios de Ankara celebren actos de campaña por el referéndum constitucional en sus territorios.