El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó hoy un memorando para prohibir nuevamente la entrada y presencia de personas trans en las filas de las Fuerzas Armadas estadounidenses, pero esta vez lo limitó a «circunstancias limitadas», luego que la Justicia anulara su veto anterior.

Según un comunicado de la Casa Blanca, las personas con «un historial de disforia de género (…) quedan descalificados del servicio militar excepto bajo circunstancias limitadas».
La «disforia de género», de acuerdo con la Casa Blanca, define a «aquellas personas que puedan requerir un tratamiento médico sustancial, incluyendo medicamentos y cirugía», informó la agencia EFE.

El memorando, además, da margen de maniobra al Pentágono para que «ejerza su autoridad para implementar cualquier política apropiada que concierna al servicio militar de personas transexuales».

De esta manera, Trump vuelve a intentar imponer el veto -aunque con algunas modificaciones- que la Justicia prohibió a fines del año.

En agosto pasado, el presidente había anunciado la medida original.

«Nuestras Fuerzas Armadas deben centrarse en la victoria decisiva y arrolladora, y no pueden ser lastradas con los enormes costes médicos y la perturbación que implicarían los transgénero», había escrito en ese momento en su cuenta de Twitter.

La medida suscitó diferentes denuncias por parte de miembros de las Fuerzas Armadas y de movimientos sociales que consideraban la normativa un claro caso de discriminación que atentaba directamente contra algunos principios constitucionales.

En octubre, la magistrada Colleen Kollar-Kotelly, del tribunal federal del Distrito de Columbia, se pronunció a favor de un grupo de soldados trans en funciones que denunciaron la propuesta del presidente, y vetó distintos puntos de dicha normativa.

La Casa Blanca recurrió el dictamen, pero el 11 de diciembre la magistrada se reafirmó en su veredicto, al considerar que la Constitución está del lado de los demandantes.

El Departamento de Justicia optó por no volver a recurrir esa decisión, lo que forzó al Pentágono a comenzar a aceptar las solicitudes de ingreso.

Trump decidió volver a impulsar el tema luego que el secretario de Defensa, James Mattis, y la jefa de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, concluyeron que las personas con antecedentes o diagnóstico de disforia de género «presentan un riesgo considerable para la efectividad y letalidad militar».

Pero a los cambios que el presidente hizo al texto, para la oposición la medida es la misma.

«Es la misma prohibición cobarde y repugnante que el presidente anunció el verano pasado. Nadie con la fuerza y la valentía para servir en el ejército estadounidense debería ser rechazado por lo que es», sentenció ante la prensa Nancy Pelosi, la líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes.

Las críticas también se hicieron escuchar en la comunidad trans.

«Es una artimaña (…) diseñada únicamente para tratar de ocultar la discriminación. Un plan para implementar un decreto inconstitucional es un plan inconstitucional», aseguró Peter Renn, el abogado principal de Lambda Legal, un estudio que trabaja principalmente para las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales y trans.