Turquía iniciará esta noche, en la víspera del Año Nuevo, un bloqueo de cuatro días para intentar contener la propagación del coronavirus que le impedirá a los ciudadanos mantener reuniones para celebrar la fiesta.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió que no se permitirán fiestas y que las fuerzas del orden estarán vigilando, informó el diario británico The Guardian.

Por su parte, el Ministerio de Salud explicó que la prohibición es «una necesidad de salud pública» y anunció que más de 208.000 agentes estarán trabajando en todo el país, 34.000 de ellos en Estambul, la ciudad más poblada del país.

Los turistas, que hasta ahora estuvieron exentos de encierros, tampoco podrán ir a plazas ni circular por avenidas importantes.

Turquía tiene una de las peores tasas de infección del mundo, pero las estadísticas oficiales muestran que el promedio de siete días de infecciones diarias se redujo de 30.000 a 16.000 desde que a principios de diciembre se instituyeron los toques de queda nocturnos y los cierres de fin de semana.

Desde el estallido de la pandemia, 2,19 millones de personas se contagiaron de coronavirus en Turquía, 15.692 de ellas en la última jornada, mientras que un total de 20.642 personas murieron.