Las oficinas de la ciudad de Niza, del líder del partido francés Los Republicanos, fueron atacadas a piedrazos, este sábado último, en un aparente intento de coerción sobre los legisladores de la formación conservadora para que bloqueen la reforma jubilatoria del presidente Emmanuel Macron, en una votación prevista para el lunes en el Parlamento.

Tras varios días con protestas masivas contra su plan de elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años, el presidente liberal, reelecto en abril de 2022, ordenó la semana pasada a la primera ministra Elisabeth Borne invocar un poder constitucional especial para aprobar la reforma por decreto y eludir una votación en la Cámara Baja del Parlamento.

En respuesta, legisladores de ambos extremos del espectro político presentaron mociones de censura contra su gabinete, que se discutirán a partir del lunes.

La aprobación de cualquiera de ellas anularía el decreto presidencial que utilizó la disposición constitucional -el artículo 49.3- y, por ende, la reforma jubilatoria, que ya tenía media sanción del Senado.

Esto obligaría a la primera ministra, Elisabeth Borne, a presentar su renuncia, y a Macron a designar un nuevo gabinete, según la forma de Gobierno semipresidencialista de Francia.

Ninguna moción de censura ha tenido éxito en Francia desde 1962, y la alianza centrista de Macron todavía tiene la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, pese a haber perdido la mayoría absoluta el año pasado.

Una minoría de conservadores podría desviarse de la línea de Los Republicanos, pero queda por ver si están dispuestos a derrocar al gobierno de Macron.

Para este domingo estaban convocadas más protestas contra la reforma, luego de dos noches sucesivas de manifestaciones que terminaron con disturbios y enfrentamientos, y con más de 122 detenidos solo en París.

En la capital, la Policía cerró la céntrica Plaza de la Concordia, frente al Parlamento, luego de haber sido epicentro de la violencia.

Durante la marcha fueron incendiados contenedores de basura, hubo daños a paradas de colectivo y se erigieron algunas barricadas.

Otras quince personas fueron detenidas en la ciudad de Lyon, después de que la policía afirmara que «grupos de individuos violentos» generaron enfrentamientos.

En total, este sábado último hubo 169 arrestos en el marco de las protestas, dijo el Ministerio del Interior.

En otros puntos de Francia también se produjeron manifestaciones pacíficas y en el puerto de Marsella cientos de personas marcharon en las calles.

El sindicato CGT anunció que los trabajadores van a paralizar la mayor refinería de petróleo de Francia, situada en Normandía, en el noroeste.

La movilización también afectó la recolección de basura en varios barrios de París, donde unas 10.000 toneladas de residuos se acumulan en las calles.

Además de aumentar la edad legal para jubilarse, la reforma de Macron busca alargar la cantidad de años que se necesita cotizar en el sistema para recibir una pensión completa.

El Gobierno afirma que estos cambios son necesarios para evitar ahondar en el déficit en las próximas décadas, en las que Francia enfrenta un envejecimiento de la población.

Los detractores afirman que la reforma supone una carga injusta para los trabajadores con bajos salarios, las mujeres y las personas con empleos que suponen un desgaste físico.