MIéRCOLES, 27 DE NOV

Putin y Erdogan se reúnen para hablar de Idlib, último bastión rebelde en Siria

Los presidentes de Rusia y de Turquía dijeron que van a encarar “un tema difícil” y que están en la obligación de “hallar soluciones a los problemas aún no resueltos. El contexto lo ofrece la menor cantidad de bombardeos en la región registrados en la última semana.

El presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan intentan este lunes superar sus desacuerdos sobre el destino de Idlib, el último bastión rebelde en Siria que el régimen de Damasco quiere recuperar con apoyo de su aliado ruso.

Los dos presidentes, cuyos países son actores clave del conflicto, iniciaron una reunión en el balneario de Sochi, en el mar Negro, con el objetivo es superar las divergencias aparecidas en la cumbre que ambos celebraron con el presidente iraní, Hasan Rohani, en Teherán el 7 de septiembre.

Estas divergencias incitaron a Rusia a postergar la ofensiva de Idlib para evitar una ruptura con Ankara, que apoya a algunos grupos rebeldes y se opone a dicha ofensiva.

«Tenemos muchos temas de los que hablar, y algunos de ellos son difíciles» declaró Putin, al recibir a su homólogo turco en Sochi.

«(…) Hay que hallar soluciones a los problemas aún no resueltos», agregó.

Por su lado, Erdogan consideró, sin más precisiones, que esta reunión acabaría con una declaración que traerá «una nueva esperanza» para la region.

«La situación es tensa con Idlib» había admitido ya el lunes el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov, citado por la agencia rusa Ria Novosti, aludiendo a «diferencias de enfoque» entre los dos países sobre el futuro del único feudo todavía en manos de la oposición armada al presidente sirio Bashar Al Asad.

Rusia, su mejor aliado, parece querer acabar rápidamente con la rebelión siria y, durante la cumbre de Teherán, era el más ferviente partidario de un gran e inminente asalto contra Idlib.

La provincia de Idlib está controlada en un 60% por el grupo yihadista Hayat Tahrir Al Sham (HTS), integrado por la antigua rama del Al Qaida en Siria. Aunque apoye a otros grupos rebeldes, Turquía considera «terrorista» al HTS.

Desde la cumbre de Teherán hay intensas negociaciones entre rusos y turcos para intentar lograr un compromiso. El objetivo principal de Ankara es llegar a neutralizar al HTS pero evitando una gran ofensiva militar.

Menos bombardeos

Turquía, un país fronterizo con la provincia siria de Idlib, quiere evitar un nuevo flujo de refugiados sirios que provocaría una ofensiva militar.

El país ya ha acogido a más de tres millones de sirios desde el inicio en 2011 de la guerra en Siria.

Además, a Turquía le preocupa la situación de centenares de soldados turcos desplegados en 12 puestos de observación establecidos en Idlib para comprobar que se verifica el proceso de «distensión» implementado desde enero de 2017 por el llamado proceso de Astaná.

También le preocupa el futuro de los rebeldes «moderados» de la zona, que Turquía apoya.

Precisamente la prensa turca anunció este lunes que el gobierno turco había enviado nuevos refuerzos militares a uno de esos puestos de observación en Idlib.

En la última semana los bombardeos del régimen de Damasco y de su aliado ruso contra Idlib han disminuido en intensidad.

«Lo que se presenta ahora como el inicio de una ofensiva de las fuerzas sirias con apoyo ruso no se ajusta a la realidad» declaró la semana pasada el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.

«Trabajamos con los turcos para resolver la situación en Idlib» agregó, y precisó que Rusia hará todo lo posible para «asegurarse que la población civil no va a sufrir».

Siria está devastada desde 2011 por una guerra que ha causado más de 360.000 muertos. La intervención del ejército ruso desde septiembre de 2015 en apoyo del régimen sirio cambió el curso de la guerra y permitió al gobierno de Damasco lograr importantes victorias militares.

Foto: 2018 © Sergey Guneev / Sputnik

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